De los errores se puede aprender y eso es lo que hizo Jake Gyllenhaal, quien protagonizó un filme de fantasía en 2010 que considera uno de sus mayores traspiés. No obstante, el actor decidió ver el lado positivo de esa experiencia y el proyecto le marcó a la hora de decidir qué papel interpretar y cuál no.
Gyllenhaal protagonizó Prince of Persia: Las arenas del tiempo, la adaptación del famoso videojuego que contó con Mike Newell como director. El filme, del productor de Piratas del Caribe, podría haber sido el inicio de una franquicia, pero resultó en un fracaso para Disney. Tanto de crítica como de taquilla.
La historia sigue a Dastan, un hombre que inicia un peligroso viaje con la princesa de la ciudad de Alamut llamada Tamina para proteger la daga que libera las conocidas como "arenas del tiempo". Este poderoso artilugio es un regalo de los dioses y tiene la capacidad de invertir el tiempo permitiendo al que la posee gobernar el mundo a su antojo. Además de Gyllenhaal, Prince of Persia: Las arenas del tiempo cuenta en su reparto con Gemma Arterton y Ben Kingsley.
La película de aventuras de los creadores de 'Piratas del Caribe' que podría haber sido una gran sagaGyllenhaal estuvo mucho tiempo sin protagonizar otro gran 'blockbuster' después de este filme y cuando lo hizo, en 2019 con Spider-Man: Lejos de casa, reconoció en Yahoo Entertainment que Prince of Persia: Las arenas del tiempo fue un error:
Creo que aprendí mucho de esa película porque paso mucho tiempo tratando de ser muy reflexivo sobre los papeles que elijo y por qué los elijo
Como continuó: "Y es probable que cometas un desliz y digas: 'Eso no fue bueno para mí' o 'eso no encajaba perfectamente'. Ha habido una serie de papeles como ese. Y luego una serie de papeles que no".
Prince of Persia: Las arenas del tiempo recaudó más de 336 millones de dólares en todo el mundo con un presupuesto de 200 millones de dólares. La reacción de la crítica, además, fue mayoritariamente negativa.
Por otro lado, aunque la polémica sobre el 'whitewashing' se amplificó mucho más con el fichaje de Scarlett Johansson en Ghost in the Shell: El alma de la máquina dando vida a un personaje japonés, el de Gyllenhaal no fue tan controvertido pese a que el personaje es de ascendencia iraní.
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