A punto de cumplirse 30 años desde su estreno, Forrest Gump es una de esas películas eternas que siguen despertando pasiones y teniendo la capacidad de sacar sonrisas pase el tiempo que pase. Dirigida por Robert Zemeckis y protagonizada por Tom Hanks en 1994, el filme no fue el que empujó la fama de ninguno de ellos, que ya conocían el éxito de la mano de anteriores proyectos, pero desde luego sí que que consagró sus carreras y se convirtió es uno de los trabajos más importantes para cada uno de ellos.
De hecho, Tom Hanks, quien venía de ganar su primer Oscar con Philadelphia y de demostrar que tenía talento para mucho más que hacer comedia, ganó su segundo Oscar de forma consecutiva con esta película; mientras que Zemeckis, ganó su primer y único Oscar por su trabajo como director. Ambos se lo merecían por partida doble. No solo por su buen hacer al frente de la ya mítica cinta, sino por todo el empeño que pusieron para que pudiera salir adelante, algo que no fue precisamente fácil.
Ahora que sabemos que Forrest Gump sería la película más aplaudida y taquillera del año y que pasaría a la historia como una de las mejores de todos los tiempos cuesta pensar que fuera así, pero el largometraje no solo no obtuvo la confianza de su estudio desde el principio, sino que lo que ocurrió fue todo lo contrario. Se encontró con problemáticas constantes: diversas piedras en el camino y pegas varias que hubieran afectado de forma terrible al resultado final y que finalmente se salvaron gracias a que Hanks y Zemeckis, que eran conscientes del tesoro que tenían entre manos, tiraron de ahorros y pusieron los millones necesarios para sacarla adelante. El atrevimiento pudo salirles mal, pero además de recuperar con creces lo invertido y superarlo en gananacias, ambos se llevaron un Oscar. Justicia poética.
En el episodio de The Movies That Made Us de Netflix dedicado a Forrest Gump se cuenta toda la historia, que no tiene desperdicio y que resume a la perfección la montaña rusa que vivieron todos los implicados en sacar adelante la película durante el rodaje. Sin embargo, antes de llegar a los problemas durante la producción, Forrest Gump estuvo a punto de ni siquiera entrar en esa fase y quedarse en un cajón para siempre.
Basada en la novela homónima de Winston Groom de 1986, los derechos del libro fueron adquiridos por Warner Bros. no sin antes haber protagonizado una guerra de ofertas en la que había varios agentes interesados. La productora pagó medió millón de dólares al autor, que también escribió los primeros borradores del proyecto, y, aunque parecía que todo iba más o menos marchando, el estreno de una famosa película hizo que Warner perdiera el interés y lo pusiera todo patas arriba.
Esta película era Rain Man, la película dirigida por Barry Levinson en 1988 y protagonizada por Dustin Hoffman y Tom Cruise que giraba en torno a la relación de dos hermanos, uno de ellos dentro del espectro autista. La película tuvo un enorme éxito, pero también hizo que Warner dejase de verle atractivo a Forrest Gump, acomplejados por la posibilidad de que pudiera parecer una especie de imitación.
Y aquel movimiento estuvo a punto de acabar con la vida de Forrest Gump, cuyo futuro quedó en el aire pese a los intentos de sus productores Wendy Finerman y Steve Tisch, los primeros interesados desde el principio en la novela de Groom, de sacarla adelante. Lo consiguieron a partir de un nuevo guion, elaborado por Eric Roth, años más tarde y tras haber sido rechazado previamente por otras productoras, cuando Paramount se mostró interesada y adquirió los derechos de Warner.
Una vez reencauzado el proyecto de Forrest Gump sería cuando se contratase a Robert Zemeckis como director y a Forrest Gump como protagonista, aunque ninguno de ellos fuesen las primeras opciones, y, en el año 1993, por fin pudo comenzar el rodaje. Un rodaje que también traería cola, pero del que saldría una película que es pura historia del cine.
