Basada en la novela de uno de los padres del suspense noruego, Jo Nesbø, y con un director con una carrera destacable, Tomas Alfredson, El muñeco de nieve parecía ser un potente 'thriller'. Cuando Michael Fassbender se apuntó al proyecto, la producción sumó puntos, pero terminó en un título que no dio la talla.
No solo hablamos de que la crítica se cebó un poco con ella -tiene un 6% en Rotten Tomatoes-, sino de que la taquilla tampoco le acompañó. Tan solo recaudó 43 millones de dólares en todo el mundo. Detrás de este varapalo, hay toda una serie de complicaciones en la producción.
¿De qué va 'El muñeco de nieve'?
El muñeco de nieve sigue a Harry Hole (Michael Fassbender) un brillante investigador que, paralelamente, lleva una vida de adicciones y excesos. Su novia acaba de dejarlo, así que está más tiempo en los bares que en la oficina. Mientras tanto, se distrae con un nuevo caso: mientras investiga un par de sucesos de personas desaparecidas, él y su nueva compañera Katrine (Rebecca Ferguson) encuentran algunas similitudes inquietantes.
Una saga muy exitosa con un gran equipo detrás que falló en la producción
El batacazo en taquilla de El muñeco de nieve sorprende porque Jo Nesbø es uno de los grandes autores de la novela negra de Noruega. A sus espaldas tiene una decena de libros basados en las aventuras del detective Harry Hole, así como otros tantos personajes con vida propia. Ha vendido más de 50 millones de copias de sus libros en todo el mundo.
Por otro lado, Tomas Alfredson se puso al mando de El muñeco de nieve. En caso de que no lo conozcas, Alfredson ha dirigido Déjame entrar, la magnífica película de terror de 2008, y El topo -en inglés con el maravilloso nombre de Tinker Tailor Soldier Spy- un 'thriller' muy sólido de 2011 con grandes nombres en el reparto. Contaba ya con una buena reputación cuando se embarcó en el proyecto, pero no lo tuvo fácil.
Alfredson atribuyó los problemas narrativos de la película a la falta de tiempo en la preproducción y al apresurado calendario de rodaje, con un 10-15% del guion que se quedó sin filmar.
Nuestro tiempo de rodaje en Noruega fue demasiado corto. No teníamos la historia completa con nosotros y, cuando empezamos a editar, descubrimos que faltaba mucho. Es como cuando estás haciendo un gran rompecabezas y faltan algunas piezas, por lo que no ves la imagen completa.
El proceso previo de preparación también jugó en su contra, ya que se encontraron con el inicio de la grabación de la noche a la mañana. "Pasó de manera muy abrupta. De repente nos dijeron que teníamos el dinero y podíamos empezar a rodar en Londres", declaró a The Norwegian Broadcast Corporation.
Otro problema técnico al que tuvieron que hacer frente fue la condición física de Val Kilmer. El actor sufría problemas con la lengua debido a un cáncer de garganta, lo que le impedía hablar de forma clara. Para poder doblarlo posteriormente en postproducción, grabaron las escenas de Kilmer sin que se le viera explícitamente. Todo el diálogo del actor fue doblado.