"¡Esto podría valer mil millones de dólares!": a James Cameron se le quedó la espinita de hacer una película de Spider-Man (aunque alguna de sus ideas sí se vieron en pantalla)

Alguien que ha sumado exitazos como Terminator, Aliens, Titanic o la saga de Avatar no tendría que tener mucha lástima por lo que no ha podido hacer. Pero así de inconformista es James Cameron, que todavía tiene una espinita clavada con uno de los proyectos más ambiciosos que ha llegado a considerar hacer. En sus palabras, quizá la mejor obra que no llegó a terminar: una adaptación a la gran pantalla de Spider-Man.

El director tenía en mente llevar al joven héroe arácnido al cine durante la década de los noventa, cuando Marvel todavía no asomaba por allí y los superhéroes estaban en un punto complicado con las denostadas películas de Batman de Joel Schumacher. Cameron hizo el guion, que actualmente se puede encontrar en algunos rincones de Internet para leerse, y trató de convencer a los estudios de Hollywood de que aquí había una idea multimillonaria.

Charlando con Screen Rant sobre su idea para la película, Cameron detalla que no iba a centrase en Spider-Man como tal: "Es Spider-Kid. Es Spider-Kid-en-el-instituto. Es un poco friki y nadie se fija en él y es socialmente impopular y todas esas cosas". La picadura de la araña le transforma, algo que el director veía como una clara analogía de los cambios que los adolescentes experimentan en la pubertad y que a partir de ahí se podía hacer una película de fantasía que fuese cruda y realista.

Un Spider-Man crudo y realista

Una de sus ideas clave fue que Spider-Man iba a generar sus propias telarañas biológicamente, en lugar de fabricarlas dado que era un chaval superinteligente, para acentuar la parte de la pubertad. Un cambio considerable que el propio Stan Lee apoyó y que terminó encontrando su salida en la adaptación que finalmente hizo Sam Raimi en 2002, y que fue objeto de debate para los fans.

"Los superhéroes en general siempre me parecieron un poco fantasiosos" explica Cameron, que quería evitar enfoques míticos como los que Superman o Batman habían tenido hasta ahora. "Quería que fuera así: Es Nueva York. Ahora mismo. Un tipo es mordido por una araña. Se convierte en un chico con poderes y tiene la fantasía de ser Spider-Man, se hace un traje y es horrible, y luego tiene que mejorar el traje, y su gran problema es el maldito traje. Cosas así".

Para Cameron estaba clarísimo, y quiso convencer a Carolco y a Fox para hacer la película. Sony había conseguido los derechos por aquel entonces, pero estaban dudando todavía de si era adecuado hacer una adaptación. El presidente de Fox se negó a meterse en una batalla legal por algo tan inestable por aquel entonces, y frustró a Cameron: "Le dije '¿Estás de broma? Esta cosa podría valer, no sé, ¡mil millones de dólares!' 10.000 millones de dólares más tarde...". Ciertamente, habría sido interesante ver a James haciendo otro de sus impepinables éxitos con Spider-Man, quizá habría cambiado el cine de superhéroes antes.

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