Tras su estreno mundial en el Festival de Cine de Berlín, Sica, el primer largo de ficción de Carla Subirana, llega a las salas de cine hoy viernes, 19 de mayo. La cinta explora el viaje de una joven adolescente que se embarca en una dura e intimista búsqueda tras el fallecimiento de su padre.
A través de las mareas y ese encanto tan peculiar que le caracteriza a la costa gallega, Sica bebe de su poesía y también del halo misterioso que envuelve a toda la región. A partir de esa premisa se desarrolla esta historia tan cercana como bucólica que hace reflexionar al espectador y poner la mirada en lo ancestral y primitivo.
La cinta se presentó en el Festival de Málaga, donde pudimos hablar con su directora de cómo le inspiró la Costa da Morte, de la marca de la naturaleza en muchas vidas y de la pérdida de la infancia.
Pregunta: ¿Cómo nace la idea de filmar Sica, que también bebe de otros temas que has usado en tus documentales?
Respuesta: Yo llegué caminando a Costa da Morte y la semilla del proyecto fue el paisaje, la naturaleza. En seguida entendí que allí había una película, pero no sabía exactamente cuál. Utilizando esta estrategia de documentalista, haciendo entrevistas a supervivientes de naufragios, a viudas de naufragios, a percebeiras, cazatormentas... fui entendiendo esa forma de ser que está muy marcada por la naturaleza.
P: ¿Cómo has conseguido encontrar el equilibrio entre documental y ficción con una historia que bebe tanto de la realidad?
R: Para mí el cine es ficción y documental, lo mismo. No sé, tendemos mucho a etiquetar. El lenguaje cinematográfico es muy amplio y caben muchas cosas, ¿no? He hecho esa mezcla entre estructuras de ficción y personas reales. Y en el caso de Sica, un guion más construido pero trabajado, con una metodología documental.
P: La naturaleza en esta película cobra vida y es un personaje más, ¿lo planeaste así desde el comienzo?
R: Sí. Un reto que me puse a mí misma como directora es quiero conseguir retratar los estados de ánimo de la naturaleza. De hecho, Sica, que es la protagonista, solo logra alcanzar la armonía a través de la naturaleza, y esto es algo que quería transmitir muy claramente. Ella vive una tormenta interior que es propia de una niña adolescente que está sufriendo porque acaba de perder a su padre.
Ese viaje de descubrimiento, de pérdida de la piel de la infancia, ese viaje hacia la madre, es uno de los ejes temáticos. Me parecía muy bonito combinar esa vida interior a través de las miradas, de los silencios, de las imágenes debajo del mar.
P: ¿Cómo has vivido la dirección de un reparto de actores no profesionales?
R: Tomar la decisión de trabajar con actores naturales en una ficción y mezclarlos es una decisión consciente, arriesgada, pero muy rica a la vez. Nuria (Prims) digamos que capta esa energía, esa naturalidad, ese instinto de detalles que Thais no ha hecho nunca, pero tiene mucha personalidad. Ha sido muy bonito ver trabajar a Nuria (Prims) y Thais juntas. Veía cómo Nuria estaba aprendiendo detalles o se está alimentando de ese instinto de ella y de esa naturalidad, y Thais se apoyaba en Nuria en las escenas más dramáticas.
P: ¿Cuánto hay de real en los personajes que encontramos en la película?
R: Mucho. Por ejemplo Suso, el amigo de Sica, es un cazatormentas. Hoy en día, una figura así no podría existir como personaje por la tecnología. En cambio, años atrás, sólo podían aprende y saber a través de la observación. Entonces, el personaje en el que está inspirado Suso, pues me explicaba el de pequeño, en vez de ir a jugar a fútbol con sus compañeros se subía a un monte que había cerca de su casa a observar cómo se movían las nubes y a entender cuándo podía llegar una tormenta. Eso me pareció tan bonito y fuerte a la vez.