El nombre de Michael Jordan vuelve a estar en boca de todo el mundo gracias a la sensacional Air, la película de Ben Affleck donde se muestra el importante acuerdo que firmó con Nike que cambió el mercado de las zapatillas y también la NBA. Y eso que él como personaje no tiene una enorme presencia, aunque su sombra se proyecta de manera incuestionable. Un poco un reflejo de su dominancia en el deporte del baloncesto.
No todo fue fácil en su trayectoria, eso sí. Jordan se retiró del baloncesto profesional en 1993, tras ganar tres campeonatos con los Chicago Bulls. El asesinato de su padre le dejó tan traumatizado que tuvo que dejar los terrenos de juego temporalmente, aunque la leyenda urbana aseguraba que se marchó para cubrir su controvertida adicción a las apuestas deportivas, actuando como una especie de suspensión encubierta que se sostiene teniendo en cuenta que durante un breve periodo tiempo probó suerte como jugador de beisbol.
Finalmente Jordan regresó a los terrenos de juego para la temporada 1994-1995, aunque el periodo de parón le hizo mella. Los Bulls no pasaron de segunda ronda de los play-off en su año de regreso, y tenía que volver a recuperar la forma dominante. El problema es que tenía pendiente ese verano el rodaje de la esperada Space Jam, su gran estreno como estrella de cine junto a los Loonie Tunes. Pero él y su equipo estuvieron listos con una exigencia bastante peculiar.
Para no perder tiempo de preparación para la siguiente temporada, Air Jordan puso de condición que los tiempos donde el jugador no tuviese que rodar pudiese irse a entrenar en unas instalaciones especialmente preparadas para ello. El presidente de Warner Bros aprobó la construcción de un recinto de última generación en los aledaños del set de rodaje de Space Jam, que incluía recursos de lo más punteros para que la estrella pudiese hacer el mejor entrenamiento.
Un recinto de última generación y un equipo competitivo
Además de una cancha de baloncesto de tamaño regulado, el recinto incluía un gimnasio con equipamiento completo de pesas, vestuarios con duchas y también diversos tipos de entretenimiento para Michael: equipos de televisión gigantes, con sistemas de sonido punteros y sofás, un green para jugar al golf (uno de sus deportes preferidos) y una mesa para jugar a las cartas.
Los entrenamientos eran realmente intensos. Cualquier momento que no fuese absolutamente imprescindible que Jordan estuviese en el set se lo pasaba en las instalaciones. Allí entrenaba rutinas durante horas y hasta hacía traer hasta allí al equipo de baloncesto de la Universidad de Los Angeles, que habían ganado el campeonato universitario el año anterior, para hacer partidos de entrenamiento mínimamente competitivos. A esos partidos también se sumaban algunos de los baloncestistas profesionales que iban a salir también en Space Jam, además de otros jugadores representados por el agente de Michael. No quería descuidarse ni un minuto.
La historia de Nike y Michael Jordan no habría sido igual sin Spike Lee. Y todo se debe a una escena de sexo"Fueron algunos de los mejores partidos que hemos jugado" explicó Reggie Miller, escolta de los Indiana Pacers, a Sports Illustrated, que participó en dichos encuentros. La intensidad fue de alto nivel, y ayudó a Jordan a prepararse del todo para la siguiente temporada. Ese año los Bulls ganaron el campeonato con una temporada histórica, ganando 72 partidos (la mayor marca de victorias en una temporada en aquel momento), y Jordan firmó unos 30 puntos por partidos con porcentaje de acierto mejorados con respecto a la temporada anterior. Además, ganó su cuarto trofeo como MVP, que le acreditaba como mejor jugador de la temporada regular. Básicamente Space Jam costeó una de las mayores gestas deportivas de toda la historia.
Puedes ver Space Jam en HBO Max.
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