Ha sido una de esas preguntas que vuelven una y otra vez al mundo cinéfilo y al que nadie le puede dar una respuesta clara: American Psycho, ¿pasaba toda en la mente de Patrick Bateman o no? Al fin y al cabo, hay varias secuencias tan fantasiosas que solo podrían ocurrir doblando la realidad o con mucha, muchísima suerte por parte del asesino. Y quizá la más famosa de estas es la de la motosierra cayendo. Si la has visto ya sabes a la que nos referimos.
Montando en motosierra
Hay varios motivos a favor de la teoría de que nada de lo que ocurre es real: nadie une los asesinatos con Bateman por obvios que sean (acaba persiguiendo prostitutas desnudo con una motosierra, no se puede decir que la sutileza sea lo suyo), el abogado acaba riéndose cuando llama para confesar sus crímenes y los cuerpos desaparecen por arte de magia. La película es ambigua al respecto, pero, desde luego, da qué pensar.
Eso sí, la directora de la película, Mary Harron, ha dejado claro que su idea con la escena final no era ir al tópico de “Todo es un sueño”, sino a dejar claro que, efectivamente, había cometido los asesinatos y estaba regular de lo suyo. Incluido ese en el que persigue a una prostituta desnudo mientras ella baja por las escaleras y aporrea las puertas del resto de vecinos y consigue asesinarla lanzando la motosierra desde cuatro pisos de altura con una matemática perfecta que, ahora, esta imagen consigue resumir y encapsular.
No es menos cierto que antes de tirar la motosierra, nuestro asesino, cubierto de sangre, hace los cálculos necesarios, pero, por genio que fuera, esto es demasiado. Sea cierta o falsa, American psycho es cruel, tiene un humor negro fantástico no apto para todo el mundo y su protagonista ha pasado a la historia del cine por méritos propios, con un Christian Bale absolutamente fabuloso. Y tú, ¿ya tienes cuidado eligiendo tu tarjeta de visita?