Estrenada en 2011 bajo la batuta de Justin Lin, Fast & Furious 5 es mucho más que una entrega más de la longeva franquicia de acción protagonizada por Vin Diesel. La película, conocida mundialmente como Fast Five, marcó un antes y un después en la saga y a menudo es señalada como la que aseguró su futuro en la industria, dejando las carreras de coches en torno a las que giraba todo en las anteriores entregas en un segundo plano y convirtiéndose en una película de acción 100%, un producto mucho más comercial que le insufló vida y cuya fórmula sigue siendo un éxito 12 años después. De hecho, el próximo 19 de mayo llegará a las salas de cine Fast & Furious 10, la primera parte de la que ya se ha confirmado a bombo y platillo será la última entrega de la saga.
Pero Fast & Furious 5 es especial por más razones. Con una recaudación de 626 millones de dólares, la película se convirtió en su día en la más taquillera de su historia -casi doblando la recaudación de su predecesora-, fue la primera que superó las dos horas de duración, la primera que contó con un presupuesto de más de 100 millones de dólares y también la que introdujo a Dwayne Johnson en la ecuación.
Dwayne Johnson se incorporó a la franquicia para encarnar a Luke Hobbs, un agente especial del Servicio de Seguridad Diplomática de los Estados Unidos cuya misión consistía en detener a Dominic Toretto (Vin Diesel) y Brian O'Conner (Paul Walker) tras ser incriminados por la muerte de varios agentes de la DEA. Tras Fast & Furious 5, el actor se convertiría en un fijo de la saga, regresando en la sexta, séptima y octava película y protagonizando su propio 'spin-off', Fast & Furious: Hobbs & Shaw, en 2019 junto a Jason Statham.
Sin embargo, los planes iniciales tanto para Fast Five como para el propio Hobbs eran muy distintos y, de haberse mantenido, es posible que la quinta película de la saga no se hubiese traducido en una renovada y prometedora vida para la franquicia.
En lugar de un agente capaz de enfrentarse cuerpo a cuerpo con el mismísimo Toretto de Vin Diesel, la idea del equipo de la película comenzó siendo que Hobbs fuese un agente federal veterano, con más experiencia pero con dotes mucho más estratégicas que físicas. Una decisión que, de salir adelante, le hubiese arrebatado a la película los momentos de acción entre las corpulentas estrellas de Hollywood, que fue uno de los mayores reclamos de la película.
De haber seguido adelante con el plan original, Fast & Furious tenía un nombre para encarnar al personaje. De hecho, el papel de Hobbs se escribió con Tommy Lee Jones en mente y, aunque no se sabe realmente si llegó a ofrecérsele estar en la franquicia, finalmente fue Dwayne Johnson el fichaje estrella de la película. Una decisión que ahora no concebimos hubiera sido de otra manera, con el Hobbs de Johnson como elemento determinante a la hora de marcar la diferencia con Fast & Furious 5 respecto a las películas anteriores de la saga.