Cuando la vida golpea y nos enseña su cara más amarga es imprescindible contar con buenos compañeros de viaje. Pueden ser familiares. O bien puede tratarse de amigos de toda la vida. Pero, en ocasiones, el destino (según los que quieran creer en él) nos pone junto a personas con las que, quizás, no habríamos tenido tal grado de cercanía si la tragedia no hubiese tenido lugar.
Una relación marcada por el destino
Este es el caso, precisamente, de Allison y Daniel, dos personas aparentemente opuestas (ella es una chica blanca y joven; él, un hombre jubilado afroamericano) que se encuentran tras perder ambos a un mismo ser querido. La crisis que sufren ambos alienta al compañerismo, a descubrirse y a forjar una amistad que sanará sus corazones, aliviará cualquier sentimiento de culpa y sanará heridas que aún permanecieran abiertas.
Esta es la trama, grosso modo, de la nueva película del también actor Zach Braff, Una buena persona, que se estrena el próximo 19 de mayo. Se trata de un drama de personajes cuyo mayor atractivo radica en su pareja protagonista. Por un lado, tenemos a Florence Pugh, una de las actrices mejor dotadas de la actualidad: por otro, a Morgan Freeman. Poco más podemos decir de este legendario actor que convierte en oro cualquier personaje con el que se cruza en su camino.
El clip que os ofrecemos en exclusiva marca el tono de la película: diálogos pausados que hablan de vivencias personales y que sirven para afianzar la relación entre los personajes. En el fragmento, Daniel le enseña el cuarto donde tiene una maqueta de tren junto a un pueblito en escala. Poco a poco, Allison será testigo de escenas de la vida de Daniel a través de dicha maqueta.
El director de la cinta es Zach Braff, muy conocido por el gran público por haber protagonizado la longeva serie Scrubs, con nueve temporadas y nada menos que 182 episodios. Braff dio la campanada con su primera película como director, la estupenda Algo en común, retrato generacional protagonizado por él mismo, Natalie Portman y Peter Sarsgaard, toda una cinta de culto de los 2000. A partir de entonces ha seguido compaginando su labor de actor y director con películas como Ojalá estuviera aquí o Un golpe con estilo y series como Ted Lasso o Solos. Con Una buena persona sigue ahondando en el material con el que parece estar más cómodo: gente corriente lidiando con sus problemas. Que no es poco.
