He perdido la cuenta de las versiones de acción real de clásicos Disney que se han estrenado hasta la fecha y, aunque hace tiempo que lo emocionante y lo novedoso de estos proyectos se redujo a la mera curiosidad de saber cuál sería el siguiente, tenemos que reconocer que el proyecto 'live action' de La Sirenita tenía algo especial desde el primer día. Y es que la versión Disney del clásico cuento de hadas del danés Hans Christian Andersen siempre ha sido especial en las más de 60 películas animadas desarrolladas por el estudio -86 si contamos también las de Pixar-. Especialmente para la generación 'millennial' al completo, desde los primeros nacidos en los 80 hasta los que dieron el relevo a la Generación Zeta.
La Sirenita es especial para nosotros porque, en mayor o menor medida, forma parte de todas nuestras infancias. Desde sus míticos números musicales hasta el interminable carisma de algunos de sus personajes que incluso siguen manteniendo a día de hoy. Pero La Sirenita también es muy especial para Disney, puesto que fue La Sirenita la que, en 1989, no solo puso punto final a una de las peores crisis creativas del estudio, sino que sirvió como punto de partida para la que acabaría siendo una de sus mejores y más importantes etapas.
Así, si reimaginar un clásico Disney siempre tiene ese punto de responsabilidad y reto que supone producir una nueva versión de algo que todo el mundo adora, en el caso de La Sirenita se antojaba incluso un poco más fuerte. Tanto es así que hace meses que hablamos de ella y se ha ganado a pulso el ser una de las películas más esperadas de 2023. Y ahora, por fin, su estreno está a la vuelta de la esquina. Toma nota: este viernes 26 de mayo en las salas de cine españolas.
El encargado de ponerse a la faena detrás de las cámaras no ha sido otro que Rob Marshall, un veterano director de cine y teatro, al que no le es en absoluto desconocido el género musical. Estuvo nominado al Oscar por su trabajo como director en Chicago y el su filmografía también destacan Memorias de una Geisha, Piratas del Caribe: En mareas misteriosas, Into the Woods y El regreso de Mary Poppins. Así que el proyecto de La Sirenita también apuntaba maneras por esa vía.
Como en toda adaptación, imaginamos, la principal dificultad de una nueva versión de La Sirenita radicaba en el equilibrio. El eterno equilibrio entre mantener la esencia de un bien tan preciado como fue el clásico de Disney y, al mismo tiempo, aprovechar la oportunidad de modernizarlo y readaptarlo para que sea más acorde a nuestros tiempos, convirtiendo, en este caso, a nuestros queridos Ariel y Eric en una pareja de soñadores cuyo amor surge de la forma más natural, genuina y real digna de que nos quitemos el sombrero. También modificando letras, porque, por mítica que fuese la banda sonora compuesta por Alan Menken -quien repite en esta, por cierto- en 2023 no estaba de más repasar (y lo esencial se mantiene, que no cunda el pánico).
'La Sirenita ha prescindido de una popular canción de la película en su 'remake' de acción real, pero por una buena razónSi soy sincera, era una de las cosas que más me apetecía descubrir. Aunque adorable y muy querida, Ariel venía siendo a menudo señalada como la princesa Disney que renunció a todo y a su vida por amor. Empezando por su preciosa cola de sirena y terminando por la vida en el mar junto a su familia. Y aquí no hemos venido a revelar si la película termina o no de la misma manera, pero, definitivamente, ha sabido cómo modificar determinados aspectos de la historia e introducir algunas variaciones para convertir a la joven y rebelde sirena en una joven más empoderada y otorgarle otro aire a su historia de amor con Eric. Y eso sea quizá la mejor parte de la nueva versión.
Mención especial merece a mi parecer, ya que hablamos de la pareja protagonista, la impecable interpretación de Halle Bailey como La Sirenita, quien, y será la última vez que los mencione, se merienda a sus 'haters' apoderándose de cada escena con un brillo especial tanto cuando tiene voz como cuando no la tiene. Y la química con Jonah Hauer-King es espectacular. La pareja protagonista, y mira que la mismísima Melissa McCarthy en persona es Úrsula, probablemente la villana más famosa y querida de Disney, luce con luz propia y les acompaña en la tarea un inesperado animalito. Quizá te sorprenda saber que no es el cangrejo Sebastián, sino la gaviota Skuttkle, a quien dobla Awkwafina y que, con permiso, del reto completa el podio con los mejores golpes de humor de la película.
También sale airoso Marshall en el resultado visual de la representación del mundo bajo el agua, aunque eso ya nos lo veíamos venir.
Y no, La Sirenita de Rob Marshall no es perfecta y he de reconocer que en más de una ocasión me hizo mirar el reloj, pero sin duda sí es un buen ejemplo de que, por innecesario que sea llevarlo todo a la acción real, algunas de estas propuestas pueden obtener notables resultados.