Hirokazu Kore-eda es uno de los cineastas japoneses más queridos. Principalmente, porque su cine es muy accesible. El director de títulos como Broker y Nuestra hermana pequeña ha sido el protagonista de la segunda jornada del Festival de Cine de Cannes con su nueva película titulada Monster.
En este filme, Kore-eda narra a través de tres puntos de vista una historia de amistad entre dos niños. Como destaca Alejandro G. Calvo, Monster tiene una historia preciosa que contar pero el resultado está "a medio camino entre algo muy bueno y algo que no es tan bueno".
Monster arranca como un drama escolar en el que un profesor está maltratando a un alumno. La segunda parte del filme se cuenta a través del punto de vista de un alumno. El tercer segmento es una narración en tercera persona neutra.
Aunque Kore-eda trata y maneja la historia con buena mano, Monster es tramposa y deshonesta con el espectador. "Esos tres puntos de vista son muy tramposos y eso me toca mucho las narices", comenta G. Calvo, para quien la mejor parte del filme es la tercera. "La parte buena es la tercera, cuando se cuenta la historia de forma lineal", afirma. "Ahí, Kore-eda tiene algo potente, con momentos delicados, planificados, trágicos y dramáticos que me funcionan muy bien".
Como continúa sobre los problemas del filme:
Pero para llegar hasta ahí ha jugado con el espectador de una forma un poco tramposa
G. Calvo concluye sobre Monster: "Hace cosas en la película para incitar al espectador a pensar en una determinada dirección. Ahí no estás siendo honesto".
Sobre estas líneas, no te pierdas la crónica en vídeo desde el Festival de Cannes.
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