Que Parque Jurásico sea una obra maestra es algo que no debería pillar por sorpresa a nadie: ha sido mil veces homenajeada y reivindicada, y la cultura pop del siglo XXI no se puede entender sin su influencia. Pero la saga ha ido evolucionando por otros derroteros: cinco secuelas, cómics de todo pelaje, juegos de mesa, una serie de dibujos, atracciones en parques y más de 45 videojuegos acompañan a una saga de películas que, ya en su última entrega, Jurassic World: Dominion, era otra cosa muy distinta a lo que imaginó Spielberg.
¡Cuidado! Dinosaurios libres
Y no es que no intentaran traer el aroma de la película de 1993: Sam Neill, Laura Dern y Jeff Goldblum se juntaron con Chris Pratt y Bryce Dallas Howard en un experimento que funcionó mejor en taquilla (superando los mil millones) que en la crítica. Y es que había algunos errores que parecían quedar bien en pantalla… pero causaron la risa de los espectadores.
En la presentación del Therizinosaurus, la nueva criatura terrible que lucharía contra el todopoderoso T-Rex, hay un momento absolutamente demencial. Un dinosaurio de cinco toneladas que no asusta a un ciervo, que sigue pastando tranquilamente. Si tú pisas una rama a cien metros de uno se asusta y sale corriendo, pero no tiene nada que temer de un bicho gigantesco.
Bicho gigantesco que, por cierto, lo aparta de un zarpazo, dejándolo tirado en la jungla, porque el Therizinosaurus será vegetariano, pero eso no significa que no disfrute quitándose enemigos de en medio. Gustara más o menos, lo cierto es que la saga está en plena forma… Y nadie ha descartado ni una nueva trilogía ni más películas de Jurassic World. Vamos, que tenemos cretácico para rato.