Ridley Scott tenía ganas de meterle mano a la gran épica bíblica y en junio de 2012 anunció que estaba desarrollando una adaptación del Éxodo. Se estrenó dos años después bajo el título de Exodus: Dioses y reyes. Ya desde el primer momento se enfrentó a las críticas de aquellos que temían que no fuese bíblicamente precisa. Scott aseguró que él iba a centrarse en las causas naturales de los milagros y para el papel principal contó con Christian Bale, que también dejó su granito de arena para la polémica: "Creo que [Moisés] era esquizofrénico y uno de los series más bárbaros sobre los que he leído en mi vida".
El ambiente, por tanto, ya estaba caldeado cuando la película se estrenó en 2014, pero lo que Scott no esperaba era que varios países prohibieran su proyección, directamente.
La película está ambientada en Egipto alrededor del año 1300 AC. Moisés es enviado al desierto por su confidente más cercano, el faraón Rhamses (Joel Edgerton) porque es de ascendencia hebrea. Debe liberar al pueblo egipcio de cientos de años de cautiverio como esclavo y, para ello, debe convertirse en un líder listo para la batalla.
Moisés era un "esquizofrénico" y un terremoto separó las aguas del Mar Rojo
El hecho de que Ridley Scott se decantara por las causas naturales que pudieron provocar esos relatos bíblicos no gustó nada a los gobiernos de Egipto y Emiratos Árabes Unidos. Como declaró el departamento público de la censura egipcio, la película contiene "inexactitudes" que no querían ver proyectadas en sus pantallas de cine. Mientras la Biblia cuenta cómo el Mar Rojo fue dividido por un milagro realizado por Dios a través de Moisés, la cinta relata que se produjo a partir de un terremoto, algo que enfadó a ciertos sectores.
"Vimos que tiene muchos errores no solo sobre el Islam sino también sobre otras religiones. Por lo tanto, no se estrenará en Emiratos Árabes Unidos", dijo Juma Obeid Al Leem, directora de seguimiento de contenido de medios en el Consejo Nacional de Medios, en el periódico local Gulf News.
No fue el único problema. Egipto apuntó a que era una película sionista. El sionismo es un movimiento judío preocupado por crear un estado-nación independiente para las personas de fe judía en Palestina. "Ofenden a Egipto y su historia antigua faraónica, en otro intento de judaizar la civilización egipcia, lo que confirma las huellas dactilares sionistas internacionales en toda la película", declaró el ministerio egipcio.
La personificación de lo divino, inaceptable en Marruecos
Otro país que no estuvo muy de acuerdo con la visión de Scott fue Marruecos. El Centro Cinematográfico de Marruecos dijo en un comunicado que era una escena en concreto la que tenía la culpa. En cierto momento hay un diálogo que implicaba una aparición que representaba a Dios. En el Islam está prohibida cualquier representación figurativa de Dios.
En un primer momento, decidieron censurar la película por completo."“Esto demuestra que el respeto a la libertad de creación, como a todas las libertades, no significa ignorar los sentimientos de los ciudadanos, en particular los religiosos", aseguró el comunicado. Sin embargo, después de llegar a un acuerdo con Fox y Ridley Scott, se eliminaron los fragmentos auditivos que "aludían a la personificación de lo divino".
Y, para ser sinceros, esta censura no le vino ni bien ni mal. La crítica la devoró, asegurando que la película no era todo lo épica que se esperaba. Hay que tener en cuenta que Scott es el que está detrás de Gladiator y cualquier película con sandalias que haga va a ser comparada con ella. En ese sentido, Exodus está muy alejada. En taquilla, los datos no fueron mucho mejores. Recaudó 268 millones de dólares de un presupuesto de entre 140 y 200 millones. Consiguió salvarse, pero por poco.