Detrás del glamour de una alfombra roja se cuece de todo. Junto a la noche de los Oscars, los grandes festivales de cine junto a las galas de premios se convierten en los mejores escaparates para los diseñadores, las parejas que quieren anunciar públicamente su relación, aquellos que quieren lavar su imagen y, por supuesto, para los que quieren aprovechar el privilegio y la visibilidad de su plataforma para darle voz a aquellos que no la tienen. Uno de mis momentos favoritos del año pasado fue cuando Lizzo recibió el People's Champion de los People's Choice Awards y subió al escenario a mujeres activistas por la búsqueda de la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, la eliminación del racismo o la integración social de diferentes comunidades y colectivos. Llorar por gente a la que no conozco es mi pasión y esta, sin duda, fue una buena oscasión para ello.
Sin embargo, la cantante no ha sido ni la primera ni la última artista en reivindicar una causa en un momento tan clave como el que ella vivió. Entramos en la segunda semana del Festival de Cannes, donde hizo acto de presencia la familia Zeta Douglas, uno de los matrimonios más estables de Hollywood, y en la alfombra francesa también hemos visto actos de este tipo.
Para el primero nos tenemos que remontar a 2016, cuando Julia Roberts subió las famosas escaleras con su traje de gala pero sin zapatos. ¿El motivo en su caso? El año anterior desde la organización le habían prohibido a un grupo de mujeres acceder a una proyección de Carol por no llevar zapatos de tacón. Puede que gestos como este te parezcan absurdos de antemano, pero mira, aquí me tienes a mí siete años después escribiendo de ello.
Gtres
La actriz Kristen Stewart, que hace poco aireó un consejo tristísimo que le dieron para triunfar en la industria, "si no le das la mano a tu novia en Hollywood tal vez consigas un papel en Marvel", hizo lo propio en 2018. Vestida de Chanel, por supuesto, firma de la que sigue siendo embajadora hoy en día y llevando unos "stilettos" de Christian Louboutin decidió deshacerse de ellos en pleno "photocall" para reclamar la igualdad entre hombres y mujeres respecto al "dress code" del festival y en términos generales en la industria, sobre todo relacionado también con aquello que la sociedad tradicionalmente asocia a lo femenino, concepto cuyo sentido se va diluyendo conforme se avanza en materia de derechos sociales.
La última en sumarse a esta corriente ha sido Cate Blanchett, una de las intérpretes más aclamadas por su trabajo, pero también por sus "looks". La australiana, vinculada además a producciones feministas como Mrs. America, miniserie que sigue la historia detrás del movimiento para ratificar la enmienda de ley por la igualdad de derechos en Estados Unidos, ha decidido descalzarse para subir al escenario y entregarle a la actriz franco-iraní Zahra Amir Ebrahimi el premio a la Artista Revelación del festival.
En este caso el gesto ha sido en solidaridad con su compañera, ya que esta tuvo que huir de Teherán con 20 años tras filtrarse un vídeo de carácter privado con su pareja. Si no hubiera escapado, la condena impuesta comenzaba con latigazos y escarnio público y desembocaba en años de prisión. La intérprete al recoger su reconocimiento ha pronunciado las siguientes palabras: "Esto es para apuñalar a todos los que se interponen en el camino de los derechos de las mujeres".
