Hace apenas una semana que la más nueva entrega de la franquicia Fast and Furious, Fast & Furious 10, ha llegado a las salas de cine y, aunque la película de acción dirigida por Louis Leterrier ya tiene el honor de ser la séptima película más taquillera de 2023, su éxito comercial se ha puesto en entredicho tras su tibia recepción en Estados Unidos. ¿La razón? El filme, de nuevo protagonizado por Vin Diesel pero con la incorporación estrella de Jason Momoa como principal reclamo, ha anotado la peor recaudación de la saga en los últimos 17 años en Estados Unidos. Sin embargo, como contrapunto, la película ha sido la más cara en los más de 20 años de historia de la franquicia.
No obstante, no hay razones para que cunda el pánico. A nivel internacional Fast & Furious X ha logrado levantar los datos, destacando especialmente el papel que ha jugado China, donde la película ya es el título no chino más taquillero de 2023 a pesar de las dificultades por las que a veces pasan los grandes títulos de Hollywood en el mercado asiático.
Sin embargo, en esta ocasión ha sido al revés, mientras el debut de la penúltima entrega de la famosa saga de acción ha funcionado algo regular en casa, el público chino no le ha dado la espalda a la "familia", donde desde el miércoles 17 de mayo, fecha de estreno, hasta el domingo 21 de mayo, la película ha logrado recaudar 77,4 millones de dólares. Según parece, la buena recepción de la poderosa franquicia en el país asiático ha sido recibida con gran optimismo por los estudios de Hollywood, que esperan poder repetir el éxito en China con otros de los grandes títulos cuyo estreno está previsto para este 2023.
Respecto al estreno en Estados Unidos, Fast X debutó en su primer fin de semana con 67 millones de dólares, lo que supone una cifra inferior a las predicciones iniciales, que se habían fijado en 70 millones. Asimismo, la recaudación se queda 3 millones por debajo de la anterior película Fast & Furious 9, que se estrenó en pandemia. Si el público estadounidense está o no un poco cansado de la historia aún es pronto para decirlo, pero supone la peor apertura desde el estreno de la tercera película de la franquicia, A todo gas: Tokyo Race, en el año 2006. Es decir, el peor primer fin de semana de estreno de una película de la saga en Estados Unidos en 17 años.
Sin embargo, la recaudación global de la décima entrega de la franquicia tiene otro color: Deadline publica que el filme ha recaudado 319 millones de dólares en todo el mundo, convirtiéndose en el segundo mejor del año a nivel mundial, solo por detrás de Super Mario Bros. La Película. Una recaudación fuera de Estados Unidos que asciende a 251 millones -incluyendo a China- que la sitúa como la segunda mejor apertura de la franquicia.
Así, la llegada a los mil millones de dólares de recaudación todavía se barajan como una posibilidad real y de ello depende que la película sea considerada un éxito comercial, puesto que se trata, como apuntábamos más arriba, de la película más cara hasta la fecha: un presupuesto de 340 millones de dólares sin contar con los gastos de marketing, que podrían hacer que los gastos totales sumasen unos 100 millones más, lo que la acerca a Avatar: El sentido del agua pero con la diferencia de que la secuela de James Cameron ha recaudado 2319 millones. Hasta ahora, la película más cara de la saga había sido la octava, que había costado 250 millones, 90 menos que la décima.