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    "Al dejar de fingir encontré mucha fuerza": Andie MacDowell nos da una lección a todas con su maravilloso pelo gris
    Cristina Sobrino
    Cristina Sobrino
    -Redactora de 'lifestyle'
    Periodista de lifestyle y moda. Fan de los desayunos de hotel y hater del vinagre de Módena. Un poco chica tres 60. Me gusta adentrarme en los rincones recónditos de la cultura pop

    La actriz dejó de teñirse durante la pandemia y ahora abraza su melena canosa aceptándose a sí misma y el paso del tiempo

    El Festival de Cannes acaba de clausurar su edición número 76 que comenzó con la aparición en la alfombra roja de la familia Zeta Douglas, uno de los matrimonios más estables de Hollywood. Tras dos semanas de proyecciones, premios, noches de fiesta, no de las de José Luis Moreno en los 2000, y "looks" de alfombra roja toca reflexionar y me apetece hacerlo de la mano de Andie MacDowell.

    Cuatro bodas y un funeral
    Cuatro bodas y un funeral
    Fecha de estreno 26 de agosto de 1994 | 1h 57min
    Dirigida por Mike Newell
    Con Hugh Grant, Andie MacDowell, Kristin Scott Thomas
    Medios
    4,1
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    3,3
    Sensacine
    3,0

    La actriz y modelo estadounidense es de esas intérpretes que está grabada a fuego en mi mente desde pequeña. No la descubrí, simplemente está ahí y no necesariamente por su mítico papel en Cuatro bodas y un funeral junto a Hugh Grant, sino por su imagen como embajadora de L'oreal Paris, un trabajo que desempeña desde los 27 años, es decir, lo lleva haciendo durante 38 de sus 65 primaveras.

    Andie MacDowell ha estado en Cannes en la presentación de L'été dernier y ha hablado con Vanity Fair, medio al que le ha concedido una entrevista en la que ha destacado la importancia de aceptarse a una misma y de quererse tal y como se es. Durante la pandemia fue noticia, ya que a pesar de lucir en anuncios su inconfundible melena castaña, decidió dejar de teñirse pasando a lucir su cabellera de canas, abrazando así su realidad y el paso del tiempo.

    Como comenté en el "post" sobre los supuestos retoques estéticos de Meg Ryan, las mujeres estamos obligadas por la sociedad a envejecer de una determinada manera: tenemos que ser elegantes en cada una de nuestras decisiones y, por supuesto, con nuestro aspecto; si nos retocamos el resultado tiene que hacernos rejuvenecer 20 años de forma sutil, nada de que se note el paso por una clínica, lo que desemboca en mujeres que no se atreven a decirlo dando lugar a una belleza inalcanzable e irreal para el resto de mortales; y ni que decir tiene, que si además tu profesión entronca con el físico, apaga y vámonos. Pasas de ser la actriz protagonista a, con suerte, secundaria.

    "No hemos crecido en un mundo en el que se nos trata como a los hombres. Siento que se sigue teniendo la idea de que las mujeres tenemos que ser algo diferente de lo que somos cuando envejecemos, porque no somos suficiente", destaca la actriz en su entrevista con el citado medio, unas declaraciones poderosas e importantes, ya que a pesar de que sí, los hombres que se dedican al mundo del espectáculo también usan bótox, ácido hialurónico y lo que surja, poco se habla de ello y de ellos y mucho menos se juzga en portadas de revistas.

    Los hombres cuando envejecen pasan a ser interesantes, porque las canas en ellos tienen ese algo. En ellas, en nosotras, sin embargo es una señal más de que lo único que parece que nos da valor como personas y que nos puede hacer interesantes se acaba: la juventud, fuente de todos los deseos, sobre todo para una sociedad patriarcal que adora la infantilización de la mujer con todas las implicaciones y connotaciones negativas que ello desprende. Lo de perseguir relaciones con parejas a las que, casualmente, siempre les llevas más de 10 años lo dejamos ya para otro día, como lo de que Leonardo DiCaprio solo esté con chicas de menos de 25.

    Leonardo DiCaprio junto a su expareja, la también actriz Camila Morrone. Gtres
    Leonardo DiCaprio junto a su expareja, la también actriz Camila Morrone.

    Ante una sociedad y un ámbito profesional tan exigente con la mujer en cuanto a los cánones de belleza, Andie MacDowell comenta que encontró la fuerza para tomar la decisión de decir basta ante la coloración de su melena en sí misma, "no quiero ser algo que no soy. No quiero fingir que soy joven".

    En cualquier caso, es importante también decir que esta decisión de la intérprete está genial y que supone un soplo de aire en las alfombras rojas, sin embargo, también es cierto que siempre que la vemos, por razones obvias, su melena va acompañada de un peinado fabuloso y un estilismo, resto del "look" de belleza incluido, que le sigue, por lo que es mucho más sencillo en parte lucir cabello gris y verse bien siendo Andie MacDowell que mi madre. O la tuya. O tú misma. Hagas lo hagas, además de ponerte lo que ya sabes, hazlo por y para ti, o inténtalo al menos.

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