Puedes ir todo lo que quieras de cinéfilo. Ponerte un DVD de importación de una obra maestra japonesa de cuatro horas sin subtítulos y presumir en Letterboxd de darle cinco estrellas. Lo que quieras. Pero sabes que a veces todo lo tu cerebro te pide es apagarse delante del sofá, poner High School Musical y cantar a voz en grito. Por incluso un cerebro funcionando al mínimo rendimiento posible se daría cuenta de que hay algo que falla en cierta escena de la película de Disney. Mucha atención.
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Al inicio de la escena, Sharpay escucha cantar a Gabriella en el cuarto de baño y entra con curiosidad. El problema es que, en vez de encontrársela, empieza a patear las entradas de los urinarios (¿privacidad? ¡Eso nunca!) y acaba asustándose con su propio reflejo antes de salir. Gabriella aparece entonces en una esquina… en la que la villana, sí o sí, la habría tenido que ver todo el tiempo.
Las hipótesis son muchas, y todas son factibles. ¿Puede Gabriella hacerse invisible? ¿Quizá había un vórtice a otro universo en esa esquina? ¿Cabe la posibilidad de que Sharpay no sea consciente de que la música sale de la boca de las personas? 17 años después aún estamos buscando respuestas a una de las escenas más extrañas de la historia del cine.
High School Musical, como todos sabemos, es una franquicia en sí misma que no se queda solo en las tres películas principales: Sharpay tuvo su propio spin-off, una serie de tres temporadas hilarantemente titulada High School Musical: el musical: la serie (mejor título que guion), versiones en México, Argentina, Brasil y China e incluso una cuarta parte siempre rumoreada pero que nunca termina de salir a la luz. Esperemos que, si Sharpay vuelve a hacer de las suyas, esta vez tenga mejor ojo.