Está claro que producir versiones 'live action' de sus clásicos animados se ha convertido en una excelente vía de negocio para Disney, que lleva años apostando por reimaginar sus más famosas historias con personajes de carne y hueso y, ya de paso, introducir algunos cambios que ayuden a modernizarlos un poco. Aunque eso moleste a algunas personas. Y no le está saliendo nada mal la estrategia: mientras que algunas de las producciones, como la recién estrenada La Sirenita, ven la luz en las salas de cine, otras encuentran su primer hogar directamente en Disney+, como Pinocho de Robert Zemeckis o Peter Pan & Wendy, y son puestas al instante a disposición de los millones de suscriptores de la plataforma de 'streaming' de la compañía.
La determinación de Disney de seguir produciendo versiones de acción real de sus películas más famosas no es ningún secreto. Las ya producidas no se cuentan con los dedos de las dos más y, además, hay otras tantas en marcha: si todo marcha según lo previsto, en 2024 veremos Blancanieves, Lilo & Stitch y una precuela de El Rey León titulada Mufasa, mientras que también están en desarrollo Vaiana -la más reciente de las elegidas hasta la fecha-, El jorobado de Notre Dame, Los Aristogatos, Hércules, Merlín el Encantador, Campanilla, Bambi, Robin Hood y las segundas partes de Aladdin, El libro de la selva y Cruella. Ahí es nada.
"Hay cosas que funcionan en animación que simplemente no funcionan en la acción real": Rob Marshall tenía claro que protegería 'La Sirenita', pero también que no era solo un 'remake'Sobre cómo comenzó todo esto, suele señalarse como la primera incursión de Disney en esta nueva y marcada dinámica la película de Tim Burton Alicia en el país de las maravillas estrenada en el año 2010, a la que seguirían Maléfica y Cenicienta en 2014 y 2015 respectivamente. Momento a partir del cual los proyectos 'live action' comenzaron a multiplicarse. De hecho, justo a continuación tendrían lugar los debuts de dos de las más famosas películas del género en los últimos años y, definitivamente, grandes responsables de que seguir produciendo nuevos 'remakes' se haya convertido en una de las principales estrategias del estudio.
Nos referimos a El libro de la selva (2016) de Jon Favreau y La bella y la bestia (2017) de Bill Condon, la segunda de las cuales se emite hoy viernes 2 de junio en abierto, concretamente en el 'prime time' de la cadena de Mediaset Cuatro.
Dirigida por el director de la saga Crepúsculo Bill Condon y protagonizada por la actriz de Harry Potter Emma Watson y Dan Stevens en la piel de Bella y Bestia respectivamente, la versión de acción real de La bella y la bestia de 1991 fue una de las apuestas 'live action' de Disney que más 'hype' generó en su día.
Al fin y al cabo, tal y como ha ocurrido con La Sirenita de Rob Marshall, la película animada es una de las más queridas por varias generaciones y forma parte de forma indiscutible de la era dorada del estudio de animación. Además, la película se estrenaba justo después de que El libro de la selva -el mejor valorado según Rotten Tomatoes- hubiese resultado ser un auténtico éxito a nivel de crítica pero también comercial, lo cual hizo crecer aún más las expectativas respecto al resultado.
Y el 'live action' de La Bella y la Bestia de 2017, que no es el mejor valorado de todos pero si está entre los primeros puestos, no defraudó. Fue acogido con cariño y nostalgia por parte del público y de la crítica y, además, obtuvo una recaudación absolutamente espectacular: 1.266 millones de dólares, lo que la sitúa como la segunda más rentable de este tipo de proyectos, solo por detrás de El Rey León (2019) con 1.647 millones de dólares.
Asimismo, La Bella y la Bestia también es una de las películas más caras de la historia del estudio, situándose en sexto lugar solo por detrás de la tercera y cuarta entrega de la franquicia Piratas del Caribe, John Carter, Enredados y, de nuevo, el 'live action' de El Rey León. La versión de acción real de La Bella y la Bestia costó 255 millones, pero el esfuerzo mereció la pena, lo invertido se recaudó con creces, y Disney tuvo claro que el 'live action' era uno de los caminos a seguir.
Poco después se encargaría una serie 'spin-off' de la película, centrado en los personajes de Gaston y LeFou de nuevo encarnados por Luke Evans y Josh Gad, pero pese a que el proyecto llegó a estar 100% definido, finalmente se quedó en un cajón y fue cancelado por diferencias creativas irreconciliables.
