Pensar en Leonard DiCaprio y Kate Winslet siempre estará asociado a una única película, Titanic, pero lo cierto es que, aunque siempre se nos olvide que existe, los actores, que son grandes amigos en la vida real, protagonizaron otro largometraje 10 años después. De nuevo como una pareja de enamorados.
Ocurrió en el año 2008, pero no bajo la batuta de James Cameron, que ya hubiera sido mucha casualidad, sino bajo la de Sam Mendes, en Revolutionary Road, un drama romántico adaptación de una novela homónima de Richard Yates de 1961. En ella, DiCaprio y Winslet compartían cartel con algunas caras conocidas como la de Michael Shannon, nominado al Oscar por su trabajo en la película, y la veterana Kathy Bates, pero también con otros cuya popularidad no estaba disparada entonces pero sí ahora, como Kathryn Hahn (Bruja Escarlata y Visión) y David Harbour (Stranger Things).
Una curiosidad al respecto del nuevo trabajo en común de Winslet y DiCaprio, es que los inolvidables Rose y Jack de Titanic volvían a reencontrarse de nuevo en una película de época. Sin embargo, mientras la archifamosa cinta de James Cameron estaba ambientada en 1912, año en que se hundió el Titanic, Revolutionary Road transcurre a mediados de los años 50. Además, si en Titanic asistimos al enamoramiento entre dos jóvenes desconocidos truncado por la tragedia, en la película de Mendes llegamos a ver a los actores en la piel de un matrimonio ya establecido, que se enfrenta a una grave crisis.
En Revolutionary Road el ganador del Oscar por El Renacido interpreta a Frank Wheeler, un trabajador portuario con muchos sueños que conoce a la mujer de su vida, una joven aspirante a actriz llamada April, a la que interpreta la ganadora del Oscar por The Reader. Tras casarse y tener dos hijos, los Wheeler son la pareja perfecta a ojos de todo, pero en su interior se enfrentan a una realidad descorazonadora: ambos han renunciado a sus sueños y no son felices con su decisión de haber formado una familia.
La película del también director de Camino a la perdición, 1917 y American Beauty se aleja del romanticismo convencional para construir en cambio una historia de amor aparentemente perfecta pero absolutamente amarga y llena de resentimiento en la que DiCaprio y Winslet brindan una brillante interpretación que se aleja mucho, además, de la que protagonizaron a las órdenes de Cameron.
Curiosamente, sacar adelante Revolutionary Road fue un camino largo y complejo que, de haber conseguido cumplirse en sus primeros pasos, hubiese tenido lugar mucho antes que Titanic en 1997. Nada más publicarse la novela de Yates en 1961 varias figuras de la industria mostraron interés en hacer una película, pero finalmente el autor, que estaba muy interesado en ver su obra adaptada, murió sin ver su deseo hecho realidad. Años más tarde, con el proyecto en un cajón durante décadas, los derechos de adaptación fueron comprados por BBC Films y comenzó a tomar forma. En 2008, por fin, fue una realidad, con críticas mayoritariamente positivas y una recaudación discreta, pero sin que en ningún caso pudiera considerarse un fracaso.
