En el último año el término "nepobaby" ha invadido conversaciones. Aunque ya llevaba un tiempo pululando sobre ellas, la revista New York terminó de prender la mecha con su primera portada de 2022 en la que aparecían los "hijos de" de la industria, o parte de ellos: Lily-Rose Depp, cuyos padres son Vanessa Paradis y Johnny Depp, que protagoniza la serie de HBO Max que la crítica odia pero de la que todo el mundo habla, Zoë Kravitz, Dakota Johnson, hermana de Stella Banderas, la nueva obsesión de marcas, alfombras rojas y redes sociales, Maude Apatow o Ben Platt.
Tallulah Willis, hermana de Rumer Willis e hija de Demi Moore y Bruce Willis, también se ha sumado a la lista subiéndose al carro del último "reality" de Fox: Stars on Mars, donde una serie de famosos comparten pantalla compitiendo por conquistar el supuesto planeta rojo. Que no se diga que hay huelga de guionistas en Hollywood.
En una de las entregas de la producción, la joven de 29 años se ha abierto en canal para hablar de algo tan importante como el impacto que la relación, que terminó en matrimonio, de su madre con el también actor Ashton Kutcher tuvo sobre ella. Cuando la pareja de intérpretes comenzó a salir, sucedió lo mismo que con Harrison Ford y Calista Flockhart, la gente empezó a hacer comentarios críticos debido a su diferencia de edad, en este caso de 15 años, y fueron noticia día tras día.
De acuerdo a las palabras de Willis, fue entonces cuando fue consciente de quiénes eran sus padres y de qué entorno la rodeaba, algo que le fue difícil de gestionar y que posteriormente ha derivado en otros problemas. Esto por ejemplo la hizo ser muy introvertida.
Otro obstáculo que ha tenido que enfrentar Tallulah Willis ha sido la demencia frontotemporal que padece su padre. La hija de Moore usó la plataforma de la revista Vogue para hablar de ello y confesó que fue algo que le costó mucho procesar, ya que ella tomó las consecuencias de la enfermedad de su padre, por ejemplo la afasia, la pérdida del habla, como algo personal debido a los celos que sentía de la relación de Bruce Willis con sus dos hijas pequeñas, fruto de su matrimonio con Emma Heming Willis. Sin embargo, ahora desde una perspectiva mucho más madura, empática y justa es consciente de lo que verdaderamente sucedió entonces y al igual que el resto de su familia, se ha convertido en un apoyo fundamental para su padre.
Además de todo esto, Willis ha sufrido trastornos como la anorexia nerviosa, padece déficit de atención e hiperactividad, ha estado ingresada por depresión y ha confesado que en el pasado abusó de ciertas sustancias, pero asegura estar sobria desde los 20 años, algo que a la vez que esperanzador, en caso de que así sea, resulta terrorífico por el hecho de que supone que empezó a consumirlas siendo extremadamente joven. "Nepobabies" y juguetes rotos de Hollywood, qué cosas.