La imaginación de Steven Spielberg no conoce límites, al igual que su ambición cinematográfica. Eso por desgracia atañe varios retos logísticos para poder llevar todos eso a imágenes en movimiento, empleando tecnología puntera de todo tipo para dar vida a grandes criaturas, como pueden ser los dinosaurios que vemos en la grandísima Jurassic Park (Parque Jurásico).
Para poder creer que esos dinosaurios había vuelto a la vida sólo para figurar en la película de Spielberg se contó con tecnología de todo tipo, desde un CGI revolucionario para terminar las escenas hasta una gran colección de marionetas y animatrónicos que usar en el set para que los actores y las cámaras trabajasen a su alrededor, empleando la tecnología del ordenador para realzar en lugar de sustituir.
Ese uso de animatrónicos ayuda a dar ese realismo a los animales que vemos en la pantalla, aunque fueron todo un reto para Stan Winston y su equipo, que se encargaron de crear los mastodónticos aparatos. Uno de los más laboriosos fue el del Tiranosaurio Rex, con complejos sistemas de montaje y mecánicos que diseñaron y construyeron durante casi dos años para poder hacer los limitados pero precisos movimientos que eran requeridos en el set.
La fallida película que trató de repetir el éxito de 'Jurassic Park' y no logro quitarme de la cabezaTodo el proceso de preparación, con meses discutiendo los planos que se iban a rodar para que no se complicase la producción por tener que reconfigurar y volver a poner al dinosaurio en posición, fue arduo pero exitoso. Wiston recuerda en el libro Así se hizo Jurassic Park de Don Shay lo maravilloso que era cuando el T-Rex "tenía que actuar y lo hacía en su marca". Spielberg quedó maravillado con esta tecnología, y hasta bromeaban con él haciendo que se sirviese el té.
Aun así, había complicaciones que resolver por lo elaborado de la escena, que ponían en riesgo este portento tecnológico. Problemas que ya traumatizaron a Spielberg cuando rodó Tiburón, donde el rodaje en agua salada dañaba al animatrónico del monstruo marino y limitó seriamente sus movimientos (aunque eso les invitó a intentar esconderlo y hacerlo más terrorífico en el proceso). En el caso del T-Rex no fue agua salada, pero sí que habían litros de agua involucrados que hacían necesario actuar para que no se estropease.
Un tormentoso rodaje
"Teníamos planes para el agua, ya que lo sabíamos por el guion" recuerda Winston en declaraciones para el libro. La escena tiene lugar en medio de una tormentosa lluvia, así que había que hacer impermeable al tiranosaurio, empleado grandes cantidades de goma para hacerlo a prueba de agua. Sin embargo, tal y como comenta el técnico, "nos dimos cuenta de que no importa lo mucho que lo impermeabilicemos porque el agua siempre se abre camino para entrar".
Para adelantarse a este problema, el equipo acordó que tendría que llover "delante de la criatura o detrás de la criatura, pero nunca encima de la criatura". Era más fácil decirlo que hacerlo, teniendo que hacer laboriosas tareas de secado del aparato para evitar que se calase y se estropease. "Teníamos que ir después de rodar y secarlo. Al final, las pieles absorbían el agua de todos modos, así que teníamos equipos que venían al final del día después del rodaje y se quedaban toda la noche sólo para secar esta cosa con grandes secadores".
Este gesto de Steven Spielberg confirma que es una de las mejores personas que existen"Fue un infierno para nosotros, pero el T-rex se veía muy bien en la película, y eso es realmente todo lo que importaba". El resultado es ciertamente irreprochable, y por suerte fueron menos dolores de cabeza de los que supuso Tiburón para Spielberg. Una muestra de cómo había avanzado como realizador, confiando en una enorme cantidad de gente para solucionar los problemas y poder dar las imágenes más impactantes posibles. Aunque como le gusta llevar sus juguetes al límite.
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