Películas como La sirenita fueron consideradas como salvadoras de Disney. Aparte de por iniciar una nueva etapa dorada, también porque se vivieron tiempos realmente oscuros en la década anterior. Tanto por lo financiero como por la temática de alguna película, como es el caso de la ambiciosa película de fantasía que terminó convirtiéndose en uno de sus mayores fracasos.
Suena a exageración, porque la película en sí no es terrible ni mucho menos, pero Taron y el caldero mágico casi pone el clavo en el ataúd para el departamento de animación de Disney. Una película que llevó muchos años producir, que sufrió infinidad de cambios, estuvo en medio de uno de los cambios más importantes del departamento y cuando se estrenó lo hizo con una sonora decepción.
Ambientada en la mítica tierra de Prydain durante la Alta Edad Media, la película se centra en un malvado emperador conocido como el Rey del Mal, que espera conseguir un antiguo caldero mágico que le ayude en su deseo de conquistar el mundo. A él se oponen el joven porquero Taron, la joven princesa Elena, el bardo arpista Fausto Flama y una simpática criatura salvaje llamada Gurgi, que intentan destruir el caldero para impedir que el Rey del Mal gobierne el mundo.
'Dumbo', 'E.T', 'Bambi'... 10 películas infantiles que nos traumatizaronA comienzos de la década de los 70 la compañía adquirió los derechos de la saga fantástica Las Crónicas de Prydain, esperando hacer al fin su gran película de género. Pero hubo dudas continuas, incluyendo sobre si el proyecto debía ser animado en acción real (probablemente el fracaso habría sido mayor, dado que el balance de Disney ahí no es muy positivo). Por si fuera poco, conforme avanzaba la década y el proyecto se retrasaba, llegó uno de los mayores trastoques de la plantilla desde la huelga de animadores de la década de los 40.
Don Bluth, que era considerado el niño prodigio de Disney y se le dieron los mandos del departamento de animación, quiso hacer la competencia montando su propio estudio, llevándose en el proceso a sus mejores animadores. De repente se vieron diezmados, con algunos de la vieja guardia manteniéndose en la empresa y teniendo que compartir labor con una nueva generación de jóvenes dibujantes que, por si fuera poco, tenían ideas propias.
Tarde y mal
Los choques creativos entre los jóvenes y los veteranos fueron constantes, y el proyecto de Taron y el caldero mágico fue uno de los que más sufrió. La película tenía previsto estrenarse en 1980 y terminó retrasándose cinco años por varios problemas de producción, incluyendo hasta directores que no se comunicaban entre ellos. Algunos de los animadores más prometedores, como Ron Clements y John Musker, que dirigirían posteriomente La sirenita, fueron sacados de ese proyecto para hacer Basil, el ratón superdetective, que fue luego un éxito moderado.
Por si fuera poco, venían cambios de directiva. Jeffrey Katzenberg fue puesto al cargo de la parte fílmica de Disney, y trataba de reducir costes como fuera. Taron y el caldero mágico le causó la peor impresión posible, calificándola como una película demasiado oscura y traumática para ser de Disney. Demandó cambiarla de pleno, pero eso era imposible tal y como funciona la animación, que implicaría volver a dibujar las secuencias que hayan que cambiar. El proyecto ya era caro de por sí, con 44 millones gastados, así que Katzenberg se resignó, aunque trató de recortar todo lo posible los aspectos más siniestros que pudieran causar impresión a los pequeños.
La película de ciencia ficción que fue un fracaso pero se adelantó a 'Transformers' y 'Pacific Rim': sólo dura una hora y media y se convirtió en una obra de cultoAsí consiguió una película que se quedaba a medias en todo. Pocos críticos la valoraron positivamente, y el público no mostró el suficiente interés para poder hacerla rentable. Su pobre recaudación de 21 millones de dólares en Norteamerica fue un descalabro importante, llevando al departamento a una pobrísima situación financiera. En Disney se llegaron a plantear cerrarlo por completo poco después de su fracaso.
Con este panorama, Disney quería hacer todo lo posible para que la película cayese en el olvido. No siguió el plan habitual del estudio de reestrenar sus películas cada 7 años para darles nueva vida comercial, y no recibió un estreno en VHS hasta 1998, más de una década después de su estreno. Desde entonces se ha convertido en film de culto para algunos aficionados de la fantasía, pero estuvo cerca de ser una catástrofe absoluta.
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