Tenía papeletas para convertirse en uno de los grandes éxitos de ciencia ficción recientes, pero El Juego de Ender, adaptación de la famosa obra de Orson Scott Card, ha acabado siendo todo lo contrario: un ejemplo de que, en ocasiones, por mucho que los astros parezcan alineados para que una película tenga éxito, puede pegarse un buen batacazo. Este otoño se cumplen 10 años de su estreno en 2013, una decepción especialmente a nivel comercial pero en la que también jugó un papel importante el que no recibiera una buena acogida ni entre los amantes de la obra original ni entre los fans de la ciencia ficción.
El juego de Ender lo tenía todo para triunfar: una historia impresionante, un elenco lleno de estrellas, gran prestigio y millones de dólares de presupuesto para sacar adelante lo mejor de la ciencia ficción. Así que las expectativas estaban altas.
No sabemos qué hubiera pasado de no dar tantas vueltas, pero la realidad es que sacar adelante la adaptación de El juego de Ender no fue precisamente sencillo. Publicada con gran éxito en 1985, el interés de adaptar la historia de Ender a la gran pantalla se puso muy pronto sobre la mesa, pero Orson Scott Card mostró cierto recelo desde el principio ante la posibilidad de vender los derechos de la historia a Hollywood. El autor tenía claro que no quería perder el control creativo de la historia, pero sí estaba interesado en el potencial de su obra como una película, así que decidió encargarse él mismo del guion. Tras una primera versión en 2003, Card acabaría trabajando en varios guiones más, escribiendo hasta un total de seis versiones, según sus propias declaraciones, que no terminaban de encajar.
Así, cuando en 2009 por fin estuvo listo el que sería el definitivo, la noticia resultó emocionante. Con Gavin Hood al frente como director y guionista y Alex Kurtzman y Roberto Orci como productores, la película no comenzaría a rodarse hasta 2012, de cara a su estreno en 2013. En ella, el carismático actor Asa Butterfield (Sex Education) interpretaba a Ender y Harrison Ford al Colonel Hyrum Graff, quien con esta película regresaba a la ciencia ficción espacial tras la mítica saga Star Wars.
Estrenada en otoño de 2013, ni el largo trabajo a sus espaldas para ser una realidad, ni el regreso al espacio de Harrison Ford, ni la enorme inversión de 110 millones de dólares fueron suficiente. La película fue un batacazo comercial apenas logró recaudar 125 millones, lo que se tradujo en más de 60 millones de pérdidas para el estudio. Además, a nivel de acogida por parte de público y crítica, El juego de Ender se quedó bastante justita, con un discreto 62% de valoraciones positivas en Rotten Tomatoes.
Otro bache al que tuvo que hacer frente El juego de Ender, además, fue la polémica a colación de la opinión del autor, Scott Orson Card sobre el matrimonio homosexual, que incluso hicieron necesario un comunicado por parte de la productora aclarando que no estaban al tanto de estas opiniones.
Finalmente, el resultado final de todo esto fue una víctima: la adaptación de La sombra de Ender, la novela que Card escribió 14 años después de la obra original y que transcurre de forma paralela a la primera. Un proyecto que parecía garantizado hace 10 años pero que finalmente, teniendo en cuenta las críticas polarizadas, la polémica de Card y las pérdidas millonarias, ni Harrison Ford pudo salvar.