Inolvidable por muchos de sus trabajos, como El gran Lebowski, Los Picapiedra, ser la voz de Sulley en Monsters S.A., la oscarizada The Artist y por supuesto algunas famosas series como Roseanne o la aplaudida Treme de David Simon, John Goodman es uno de esos rostros reconocibles en todo el mundo y que lleva toda su vida derrochando carisma y simpatía. A lo largo de sus más de 40 años de carrera, Goodman no ha dejado de trabajar, aunque en los últimos años ha estado más vinculado a la televisión y algunos le tenían un poco perdida la pista. Por ello, su aparición en el reciente Festival de Televisión de Montecarlo ha sido objeto de una gran atención, puesto que el notable cambio físico del intérprete, no ha pasado desapercibido.
John Goodman ha perdido nada menos que 90 kilos de peso y la diferencia es notable respecto a la imagen que tenemos del intérprete en sus trabajos más míticos, pero no ha sido algo que haya ocurrido de un día para otro. Al contrario, el veterano intérprete, que ahora tiene 71 años, comenzó a trabajar en llevar un estilo de vida más saludable hace ahora 15 años.
A lo largo del proceso John Goodman ha llevado a cabo una serie de cambios en sus hábitos que ha acabado traduciéndose en un cambio físico notable, pero su objetivo principal no fue la pérdida de peso como tal, sino que el primer paso fue hacer frente a su adicción al alcohol.
Según contó él mismo en una entrevista con la revista People en 2010, la decisión de que había llegado el momento de hacer un cambio importante en su vida fue tomada en 2007: contrató al entrenador especializada en salud Mackie Shilstone y comenzó a perder peso una vez que eliminó el alcohol y el azúcar de su dieta y empezó a entrenar seis días a la semana. Shilstone fue quien le introdujo en la dieta Mediterránea y, como han confirmado ambos en entrevistas a lo largo de los años, el proceso no fue de un día para otro, sino que se ha tratado de una implementación de hábitos saludables en su vida que con el tiempo han ido dando resultados. De pesar 180 kilos a pesar 90.
Sin embargo, Goodman reconocería un par de años después que el cambio más importante de su vida y lo que más le ha había ayudado a mejorar su estado de salud fue dejar el alcohol, un hábito que se había convertido en una enfermedad que afectaba a todo el mundo a su alrededor e incluso marcó importantes momentos en su vida. Así se lo contaría a The Guardian en 2012, la primera vez que reconocía haber tenido un problema serio con la bebida.
Se estaba volviendo demasiad. Fueron 30 años de una enfermedad que estaba pasando factura a todos los que me rodeaban y había llegado al punto en que, cada vez que lo hacía, se estaba volviendo más y más debilitante. Era de vida o muerte. Era hora de parar
Aunque lo reconocería en 2012, el punto de inflexión en su vida tuvo lugar en 2007 después de ganar un Emmy por su papel en Studio 60 de Aaron Sorkin, según The Sun: "Tenía que ir a aceptar un premio Emmy. Así que me perdí el ensayo porque estaba borracho. Y luego, cuando llegó el domingo por la mañana, estaba temblando. Tuve la claridad de pensamiento de que necesitaba ser hospitalizado. Llamé a mi esposa, que fue como entregarme a la Gestapo. Y ella hizo algunas llamadas telefónicas; me llevaron a un centro de tratamiento, me desintoxiqué allí y decidí que me gustaba la sensación".
Este mes de junio, Goodman apenas era reconocido en el Festival de Montecarlo celebrado en Mónaco, en el que ha ejercido como presidente del jurado, aunque su rostro sigue siendo el mismo de siempre. Durante años, Goodman ha reconocido además que se siente mejor que nunca y que su decisión de dejar atrás el alcohol y mejorar sus hábitos alimenticios tenían un objetivo claro: tener una vida mejor.
En los últimos años, hemos visto a Goodman en diversas series de televisión: Los Conner y Los Gemstone, aunque también ha vuelto a prestar su vida a Sulley en la serie secuela de Monstruos S.A. Monstruos a la obra.