Oportunidades de oro perdidas hay por doquier en Hollywood. Aunque siempre pueden encontrarse peores motivos para que se te escapen trabajos de lo más lucrativos. Mel Gibson se encuentra entre esos casos, a pesar de que parecía que se trataba de una de esas estrellas que eran demasiado grandes para caer. Pero sus malas decisiones han llevado a la perdida de una de sus mejores franquicias.
Gibson se empezó a hacer famoso gracias a su rol de héroe de acción gruñón y bruto en la saga de Mad Max, junto a George Miller. Después de aquellas tres películas se convirtió en la estrella más grande de Hollywood, pudiendo hacer películas de todo tipo y hasta volverse un director de éxito, tanto comercial como artístico. Cuando una cuarta película de la saga post-apocalíptica estaba en desarrollo, había dudas de si no se había vuelto demasiado grande para ella.
Qué hacer con respecto al rol de Max fue algo a lo que Miller y su equipo dieron mil vueltas, tal y como se relata en el libro Blood, Sweat & Chrome: The Wild and True Story of Mad Max: Fury Road, que relata todo el viaje desde la génesis del proyecto hasta su estreno final en 2015, donde se convirtió en una de las películas del siglo. Gibson podría haber sido la cara de esa película junto a la de Charlize Theron, aunque lo cierto es que hubieron dudas al principio.
Costó dos duros y resultó ser una obra maestra: una película de acción postapocalíptica que multiplicó por 300 su presupuesto y ahora es pura historia del cinePrimero se empezó a valorar la posibilidad de que el actor ya era demasiado viejo para el papel, y estudiaron alternativas con algunas estrellas del momento. Sin embargo, algunos trataron a convencer a Miller de volver a contar con Gibson, al que había que convencer porque se encontraba en la cima en aquel momento. En una reunión con el actor se consiguió emocionarle con lo que podía ser la película, así que se terminó llegando a un acuerdo para hacer Mad Max 4 con él.
Y además un acuerdo bastante lucrativo. Gibson recibiría 25 millones de dólares como salario por protagonizar la película, que iba a tener también un abultado presupuesto de 100 millones. Todo parecía ir sobre ruedas, aunque diversas complicaciones retrasaron el inicio de la producción. Y, con el paso de los años, las polémicas se empezaron a acumular en torno al actor australiano.
"Me quedé estupefacto"
En 2006 fue detenido por conducir en estado de embriaguez, y durante su arresto se le pudo oír haciendo comentarios antisemitas. En ese momento Mad Max 4 se encontraba en pausa mientras Miller terminaba Happy Feet, y siguió en ese estado durante un tiempo hasta que Gibson rehabilitase su imagen pública. El director estuvo enfocando su atención en otros proyectos mientras tanto, como un fallido intento de llevar a La Liga de la Justicia al cine.
10 actores y actrices que se encuentran en la "lista negra" de HollywoodEn 2010 Gibson se encontraba listo para volver por todo lo alto. Pero, de nuevo, se desató un nuevo escándalo cuando su por entonces novia, Oksana Grigorieva, le acusó de violencia doméstica. Se filtraron hasta 5 grabaciones de llamadas telefónicas donde el actor se muestra amenazante y hasta llega a agredirla físicamente. Después de aquello, nadie del equipo quería saber nada de él. Miller comenta en el libro que en esas grabaciones Gibson "estaba completamente fuera de control. Había algo profunda, profundamente enfurecido. Y yo me quedé estupefacto".
Sumado al hecho de que Gibson ya era mucho más mayor que en el momento donde se preguntaban si ya era demasiado viejo para el papel, se hizo imperativa la búsqueda de un nuevo Max para poder sacar adelante Mad Max: Furia en la carretera. Finalmente Tom Hardy se hizo con el ansiado papel, y el resultado, como ya hemos dicho, fue inapelable.
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