En 1984, el director alemán Wolfgang Petersen adaptó la primera mitad de la novela de fantasía más popular y querida de Michael Ende: La historia interminable. Lo hizo en una inolvidable película que estaba protagonizada por Bastien (Barret Oliver), un niño de 10 años apasionado de la lectura y de las novelas de aventuras que se apodera de una maravillosa obra habitada por criaturas extraordinarias que no sabe que está a punto de hacerle vivir la suya propia. Ese mismo día, el pequeño comienza a sumergirse en el universo fantástico del libro, completamente fascinado, al tiempo que el cineasta firma una formidable fábula, ahora convertida en una entrañable película indiscutiblemente de culto para toda una generación.
Le ayudaron a que así fuera algunos personajes tan entrañables como el dragón Falkor, el valiente Atreyu o la Emperatriz infantil, así como un tema musical que ahora es un auténtico clásico de los años 80 y que no hace tanto vivía un segundo éxito de la mano de una de las escenas más emocionantes de la temporada 3 de Stranger Things.
A pesar del éxito entre el público de la película, el autor de la novela Michael Ende consideró que La historia interminable era una mala adaptación y se negó a figurar en los créditos. De hecho, Ende, indignado por la desviación de la película al respecto de su obra, llegó a solicitar que la producción se parase o cambiase el título e incluso les demandó por no hacerlo. Pero perdió el caso. Por su parte, el productor Dieter Geissler tuvo la intención desde el principio en que la dirigida por Petersen no fuese una única película, sino la primera de una trilogía que adaptase la obra original al completo.
Y así fue. Seis años más tarde, en 1990, se estrenaría una segunda película sobre las aventuras de Bastien en Fantasía, una libre adaptación de la segunda mitad de la novela de Michael Ende que no obtuvo, ni de lejos, el éxito de la primera película. De hecho, mucha gente ni siquiera sabe que existe, ni muchísimo menos que también hubo una tercera película. En La historia interminable II, el joven protagonista busca refugio y consuelo en el libro cuidadosamente conservado por el anticuario Coreander, para posteriormente ser transportado a la tierra fantástica que añora. Allí se reencuentra con sus viejos amigos y con la pequeña emperatriz, pero también está se topa con la bruja cruel y sus secuaces que quieren destruir el mundo de la imaginación.
La puesta en escena de la segunda película le fue encomendada esta vez al australiano George T. Miller, mientras que también hubo cambios importantes en el reparto: los actores originales eran demasiado mayores para recuperar sus papeles, así que Jonathan Brandis reemplazó así a Barret Oliver en la piel de Bastien y Kenny Morrison encarnaría a Atreyu en lugar de Noah Hathaway. A pesar de los intentos de La historia interminable II por recuperar el encanto de su predecesora, la película decepcionaría a los fans y, de hecho, apenas cuenta con un 14% en Rotten Tomatoes.
La trilogía concluyó en 1995 con La historia interminable III: Las aventuras de Bastian, dirigida por Peter MacDonald, con una trama propia ajena a la obra de fantasía y, definitivamente, la menos conocida. Un final agridulce para una película inolvidable que 40 años más tarde sigue siendo una película de culto para millones de personas en todo el mundo.