Los films de culto suelen serlo porque no suelen tener el impacto deseado en su momento. Ya sea por un fracaso comercial notable o por una serie de malas críticas, la película tiene que encontrar su hueco en la consciencia colectiva con el tiempo y a través de otros medios. Es el caso de una de las mejores películas de terror y ciencia ficción de los ochenta, que recibió duras críticas. Es Están vivos.
Una más de las obras maestras que el genio del terror John Carpenter firmó en la década de los ochenta. En esta ocasión se metía de lleno en el terreno de las invasiones alienígenas, optando también por un enfoque con mucho de sátira y bastante crítica sociopolítica. Una joya más en su carrera, de duración aceptable con sólo hora y media de metraje, y completamente imprescindible.
Un vagabundo, conocido como "Nada", llega a Los Ángeles en busca de trabajo. Mientras está en la calle, ve a un predicador callejero que le advierte de que "ellos" han reclutado a los ricos y poderosos para controlar a la humanidad. Nada encuentra trabajo en una obra y entabla amistad con su compañero en la construcción Frank, que le invita a vivir en un comedor social de chabolas dirigido por un hombre llamado Gilbert.
"He recibido malas críticas de cada película que he hecho": John Carpenter solo quiere irse a casa ante las valoraciones negativasNada sigue en secreto a Gilbert y al predicador hasta una iglesia cercana y los descubre reunidos con un grupo que incluye a un hacker que se infiltra en cadenas de televisión. Ve equipos científicos y cajas de cartón en el interior, de las que saca unas misteriosas gafas de sol. Con ellas puede ver la realidad tal y como es, con la sociedad infestada por extraterrestres que se hacen pasar por ciudadanos comunes. Será el único que conoce sus verdaderos planes y tendrá en sus manos el futuro de la raza humana.
Si otra de sus mejores películas, 1997: Rescate en Nueva York, vino inspirada por la debacle del presidente Richard Nixox, con Están vivos quería hacer una brutal crítica de lo que se estaba convirtiendo su país con Ronald Reagan. Sus políticas económicas azotaban a la población con menos recursos y trataba de imponer valores restrictivos intentando controlar los medios.
'Están vivos': respuesta a la invasión
El director quiso exponer todo eso con una peripecia, mostrando a la sociedad americana controlada por alienígenas que operan en la sombra. Es una idea que bordea la teoría de la conspiración, aunque Carpenter no cae en ideas enajenadas que suelen defender estos grupos. Su película responde con contundencia a políticas conservadoras que atentan contra la libertad del individuo.
Su película hereda mucho del pánico a la invasión que se plasmaba en la ciencia ficción clásica, y le da carisma a través del humor absurdo, la acción brutal (con una memorable pelea prolongada que es genial sólo por su realismo y por cómo muestra la división social provocada por los monstruos) y ligeros toques de western justiciero. Es una película absolutamente genial. Otra más de Carpenter.
Puedes ver Están vivos en Filmin.
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