Después de que Cómo entrenar a tu dragón recaudara por sorpresa casi 500 millones de dólares, nadie en Dreamworks iba a soltar su nueva saga de oro. Y es que, además de estar basada en una colección de novelas de éxito, su dirección tenía un tono sensible que la elevaba por encima de otras propuestas de la época. Claro está, las espadas estaban en todo lo alto cuando llegó la hora de hacer Cómo entrenar a tu dragón 2. Por suerte, no decepcionó.
Tres, fueron tres
Dean DeBlois, el director, solo puso una condición a Dreamworks para hacer esta secuela: convertirla en trilogía. Obviamente, el estudio, cuyos ojos empezaron a brillar con el color del dinero, no se negó. Utilizando como base El imperio contraataca (que amplía y mejora Una nueva esperanza) y la sutileza de Mi vecino Totoro, DeBlois consiguió lo que parecía imposible: hacer una película aún mejor.
Y para muestra, un botón: dos enemigos enfrentados que se comportan con los dragones de maneras absolutamente diferentes y al mismo tiempo iguales, demostrando así que son el ying y el yang, dos caras de la misma moneda. Hippo reacciona moviendo la llama y tratando de calmarles, mientras que Drago llega dispuesto a decir "Aquí mando yo" con el mismo tipo de movimientos. Y claro, el paralelismo no es casual.
Lo prometido fue deuda: Cómo entrenar a tu dragón 3 terminó la trilogía (si no tenemos en cuenta las series animadas que prologan la trama) y todo pareció terminar allí... hasta que DeBlois anunció que ya estaba trabajando en una versión de imagen real de la saga para 2025. Porque dejar las cosas tranquilas y ponerles un lacito no es nunca una opción en el Hollywood moderno.