Estamos en un punto en el que no sabemos bien si queremos estar con Brad Pitt o simplemente ser él. Todas y todos lo vimos en Troya, esa película que nos hizo odiar con todas nuestras fuerzas a Orlando Bloom y querer entonar eso de "Che, che, che, DOCUMENTASIÓN" a su protagonista. Es que lo su papel de Aquiles es fuertecito. Sin embargo, cuando después de años creíamos que lo teníamos superado, va y se planta en el torneo de tenis de Wimbledone y se pone a comer patatas fritas en la grada, así tan tranquilo, ¿pero cómo se puede estar así de estupendo, físicamente, a los 60 años? Pero a ver, a ver, que una tiene 28 y a cierta hora del día ya se le empieza a caer la cara a trocitos, ¡ya te vale Brad!
No sabemos si será porque se aplica cada día los productos de su propia marca de "skin care", Le Domaine, si la genética tiene algo que ver, probablemente, y además esté aderezado quizás con un retoquito aquí y otro allá, aunque eso sí, sin tanta dosis de juicios moralistas como los que sufrió, y sigue padeciendo, Meg Ryan.
Según nuestros cálculos, la matemática menos exacta de todos los tiempos, es una confluencia de factores, ya que se debe a todo lo anterior, pero también a la dieta saludable y rutina de ejercicios que sigue y que hemos descubierto en un artículo de Men's Health.
De acuerdo a lo que hemos leído en la publicación, el intérprete de películas como Seven, Ocean's Eleven, El club de la lucha o Señor y Señora Smith, en cuyo rodaje conoció a la que posteriormente sería su esposa, Angelina Jolie, ya separados, es fan del "matcha", el zumo de arándanos y además bebe agua con gas. Según unas declaraciones del propio Pitt para GQ, sabemos que se jacta de tener el tracto urinario más limpio de todo Los Ángeles, y créeme, para mí que sufro de infecciones de orina con bastante frecuencia me parece todo un triunfazo en la vida. ¡Otro más que añadir a su lista!
En cuanto a su rutina de ejercicios, es cambiante, puesto que varía dependiendo del trabajo en el que esté involucrado en cada momento, ya que cada papel implica un físico determinado. Según palabras del coordinador de acrobacias de El club de la lucha, Damon Caro, "Brad Pitt es un fenómeno genético. Tiene la capacidad de hacer lo quiera". Y no seré yo la que lo discuta por motivos obvios. De cara a la grabación de esta película solo contaba con un 6% de grasa en su cuerpo y no superaba los 70 kilos a pesar de medir 1,80.
Cuando llegó el momento de meterse en el papel de Aquiles, Brad Pitt comenzó a entrenar con el exmarine Duffy Gaver con la idea principal, además de esculpir sus abdominales, de reforzar su espalda, siguiendo en todo momento una dieta específica para ello que en parte se basaba en comer pollo, brócoli y arroz integral.
Por último, para su papel en el film de Tarantino Érase una vez en Hollywood... que nos hace soñar con una vida para Sharon Tate que se prolongase más allá de la veintena, el intérprete se centró en practicar yoga de combate y se zampó 1001 escenas de lucha de Bruce Lee. Para prepararse para este rol confió en Rob Alonzo con quien entrenaba prácticamente durante todo el día.
En cualquier de los casos, tenga 20, 30, 40... ¡60! No hay nadie que coma patatas fritas viendo Wimbledon como Brad Pitt. Sobre el resto de cosas casi que preferimos no saber más. Cada cual que saque sus conclusiones.
