Christopher Nolan tenía muy claro desde el principio por qué y cómo quería contar la historia de Oppenheimer. En un proceso inusual en su carrera, escribió el guion en primera persona, interiorizando desde el primer minuto los sentimientos del creador de la bomba atómica. La cinta es un viaje directo al interior del físico teórico. A pesar de que la campaña de la película se ha centrado en que esta es la crónica de cómo se inventó la bomba atómica y no de la bomba en sí, hay gente que espera reventar en la butaca a base de explosiones. Pero no es el caso. De hecho, la cinta es profundamente íntima.
Esa escritura en primera persona es un modo, según explica el cineasta en las notas de producción, de dejar claro que "vamos a todas partes" con él. "Cuando me embarco en un proyecto, veo cuál es la historia, cuál es el conflicto, pero desde un punto de vista estructural necesito tener todo eso resuelto antes de empezar a escribir", cuenta el director a SensaCine en una entrevista.
Oppenheimer es una figura histórica que podríamos definir como antihéroe. Es la persona que estuvo detrás de la misión que terminó por matar a 200.000 personas. Conseguir salir de esa visión era importante para que el público conectara con él. Según Emma Thomas, productora de la cinta y esposa del director, Nolan siempre se ha sentido fascinado por la subjetividad y la objetividad y, en esta ocasión, encontró el camino exacto para conducir el relato interior.
Para mí es un proceso de intentar estar en su cabeza y entender su relación histórica. Por qué hizo las cosas que hizo, por qué no hizo algunas de las cosas que no hizo, y sentí que si podíamos entrar en su dramática historia desde su punto de vista tendríamos un viaje hacia la comprensión en lugar de juzgar
"Cuando juzgas a un personaje en una película tiendes a separarte de él y la idea, para mí, es pasar a través de toda su historia, entenderla junto a él. Creo que eso deja a la gente con preguntas inquietantes sobre lo que han visto y eso fue siempre lo que sentí que era la manera apropiada de contar una historia tan complicada y ambigua como ésta. Tiene complicaciones inquietantes y quería que la audiencia se sintiera así cuando la película terminara", reflexiona Nolan.
Christopher Nolan se desmarca de todo lo que ha hecho antes con 'Oppenheimer': puro espectáculo cinematográfico en su película más íntimaTambién tenía claro que debía dividir la narración de manera estética: el relato desde el punto de vista de Oppenheimer, en color; desde el punto de vista de Lewis Strauss (Robert Downey Jr.), en blanco y negro. Creía necesario hacerlo así para que el espectador pudiera diferenciar claramente los dos lados de este testimonio. "Usé el blanco y negro como algo que no interfiriera con el impulso de la película, que diera la sensación [al público] de en qué lado de la historia están en ese momento en concreto", continúa el cineasta.
Los finales son una marca de identidad en la filmografía del cineasta. Ahí está, por ejemplo, el de Origen, que sigue generando miles de búsquedas en Google acerca de su última escena más de una década después de su estreno. Al contrario que en sus cintas de ciencia ficción, el desenlace de Oppenheimer no provoca ganas de debatir, sino todo lo contrario. El mensaje es tan aplastante que no tienes más remedio que quedarte en silencio acompañado por tus propias ideas.
Sin desvelar demasiados detalles del filme, después de la primera prueba nuclear, apodada Trinity, se le atascó este verso en la mente: "Ahora me he convertido en La Muerte, Destructora de Mundos". Esta destrucción de la humanidad está presente en todo el texto y forma parte del contundente mensaje que quiere lanzar el cineasta a la audiencia. No hay una fascinación por la destrucción que provoca la bomba atómica, sino un miedo real de que pueda acabar con lo que conocemos como mundo.
Mención especial se merece el protagonista de la historia, Cillian Murphy, eterno secundario de la filmografía del cineasta que, por fin, toma el lugar que merece en primera línea. Él y Robert Downey Jr. mantienen el tipo en esta película cuya narración está sustentada por los diálogos y las buenas interpretaciones. Los actores son una apuesta segura para las nominaciones de la próxima gala de los Oscar y, de hecho, hay una opinión casi unánime entre la prensa de que Oppenheimer va a estar presente en cada una de las categorías de los premios de la Academia. La película ya está en cines.