Cuando el reputado científico Robert J. Oppenheimer fue reclutado por el Gobierno de los Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial para el diseño de las primeras armas nucleares -que acabaría siendo la primera bomba atómica de la historia- y llevar a cabo las primeras pruebas para su posterior uso en la contienda, el físico teórico tuvo claro desde el principio que el lugar elegido para construir las instalaciones en las que se llevaría a cabo el Proyecto Manhattan sería en Los Álamos, Nuevo Mexico. En un desierto en la zona norte del condado donde, además de un complejo militar, se construiría una pequeña ciudad secreta en la que vivirían las personas. Así fue y así se refleja en la brillante Oppenheimer, la nueva película de Christopher Nolan que acaba de ver la luz en las salas de cine y que ya es una de las mejores producciones del año.
Basada en la biografía del científico American Prometheus: The Triumph and Tragedy of J. Robert Oppenheimer escrita por Kai Bird y Martin J. Sherwin durante un periodo de más de 25 años, la nueva producción del director de Origen, Interstellar y Dunkerque, entre otras, gira en torno a la figura de Oppenheimer y más específicamente su papel en la creación y desarrollo de la bomba atómica al frente del proyecto Manhattan, haciendo especial hincapié en la Prueba Trinity, el primer uso del arma nuclear en territorio estadounidense antes del uso de las bombas sobre las ciudades de Hiroshima y Nagasaki que acabaron con la muerte de más de 200.000 personas.
El lugar donde se llevaron a cabo los experimentos, Los Álamos, se convierte en un personaje más en la película de Nolan, al igual que fue una pieza central en el Proyecto Manhattan. El lugar, como refleja el aplaudido filme, se convirtió en mucho más que un laboratorio, llegando a ser una ciudad secreta a la que se referían con el nombre en clave 'Sitio Y' y que fue construida rápidamente para albergar a miles de científicos, ingenieros y sus familias. Oppenheimer, interpretado por brillantez por el actor irlandés Cillian Murphy en la película, tenía claro que debían rodearse de los mejores científicos y pidió desde el principio infraestructuras que les permitiesen establecerse allí con sus familias y en las mejores condiciones.
Tras el final de la guerra y con el relevo de Oppenheimer al frente del Laboratorio de los Alamos, muchos científicos del Proyecto regresaron a sus universidades y, aunque otros se quedaron, el personal se vio notablemente reducido. Ahora, el Laboratorio Nacional de Los Álamos (LANL) es un laboratorio del Departamento de Energía de los Estados Unidos administrado por la Universidad de California y una de las instituciones multidisciplinares más grandes del mundo. En cuanto a la ciudad secreta, evidentemente, dejó de serlo y hoy por hoy acoge una pequeña comunidad con unas 18.000 personas que se ha enfrentado a graves problemas por la existencia de desechos radiactivos.
¿Qué pasó con Oppenheimer tras los sucesos de la película? Perdió toda influencia y fue víctima de su mayor vicioEl enclave de Los Álamos forma parte, junto a otras dos "ciudades" también secretas pero menos conocidas que servían para producir elementos químicos, del Parque Histórico Nacional del Proyecto Manhattan, que es visitable de 2015. Allí hay centros de visitantes, museos, u se permite la entrada a edificios y construcciones clave. En cuanto al lugar exacto en el que detonó Trinity, la bomba de prueba que pudo acabar con el mundo, se ha erigido un monolito que es visitable dos veces al año en las que recibe a miles de personas.
Uno de esos lugares sobrecogedores que nos hacen pensar que el peor peligro de la humanidad es la capacidad del propio ser humano de destruirse a sí mismo.