Conan, el bárbaro no solo dio inicio a la carrera como estrella de Arnold Schwarzenegger en Hollywood, sino que dio lugar a un no parar de imitaciones de baratillo como Thor, el conquistador, Ator el poderoso, Ator 2: El invencible o Yor, el cazador que vino del futuro. No te las recomendamos a no ser que tengas una tarde muy aburrida con muchas palomitas y amigos con ganas de jarana, eso sí. De todas estas, hay una que destaca por méritos propios. Y no positivos, precisamente: Cromwell, el rey de los bárbaros.
Hago Pyun y aparezco a tu lado
Albert Pyun, a sus 30 años, ya era un experto en hacer todo tipo de películas de serie Z y sacar lo máximo del mínimo presupuesto posible. Suya es la primera versión de Capitán América en 1989 y películas como Cyborg, Kickboxer 2 o Apocalipsis Omega, ganándose una fama (merecida) entre los amantes de lo trash. Pero puede que nada fuera más trash que la primera película que le llevó a la fama: Cromwell recaudó diez veces lo que costó y se convirtió en una obra de culto... pese a que se puede considerar como una película maldita.
Y es que, durante el rodaje, uno de los dobles de acción dijo que ya había saltado antes desde una colina que tenía hasta el suelo una altura de 24 metros. Jack Tyree creía que sería coser y cantar pero no llegó a las bolsas de aire que le protegían tras la caída y murió en el acto. La película está dedicada en su honor y la caída aún se puede ver, como manera de homenajearle (de hecho, los dobles de acción que mueren en los rodajes siempre tienen parte de esa escena en el montaje final).
Tyree había participado en Blade runner, 1997: rescate en Nueva York o El planeta de los simios antes de su muerte, y tenía una carrera sólida por delante. Como curiosidad, en 2010 se lanzó una secuela de la película, titulada Abelar: tales of an ancient empire, protagonizada por Kevin Sorbo y que se quedó sin financiación a mitad de rodaje hasta que Pyun, dirigiendo de nuevo, decidió poner dinero de su bolsillo y acabarla toda con croma. Ante todo, compromiso con la calidad.