La pieza en exclusiva de la película De perdidos a Río que acompaña estas líneas no engaña. Chistes escatológicos sobre rabos y culos, humor negro con vómitos incluidos y, no podía faltar, equívocos y confusiones entre idiomas. Así que si estás en sintonía con este tipo de humor, habitual en las primeras comedias de, por ejemplo, los hermanos Farrelly, el próximo 4 de agosto tienes una cita en cines.
Ese día llega De perdidos a Río, la nueva comedia de Joaquín Mazón (La vida padre) y protagonizada por Pablo Chiapella, Fran Perea y Carlos Santos. Estos son tres amigos que viajan hasta Río de Janeiro para recoger el cuerpo de un amigo suyo, Mateo, inseparable del grupo desde los tiempos del instituto. Mateo (al que da vida Jorge Cremades) ha muerto en extrañas circunstancias: tan extrañas que, en realidad, no ha muerto. Simplemente, ha huido, su casa aparece desordenada y una de sus exnovias también lo busca.
Durante el viaje, claro, los tres amigos tendrán tiempo de estrechar sus lazos de amistad y correr mil y una aventuras disparatadas en los que la acción será siempre la protagonista. Una comedia “golfa, una película de evasión, de entretenimiento puro”, según podemos leer en sus notas de producción. Asimismo, “renueva el discurso sobre la inmadurez, conjugando su mirada gamberra con la ambición emocional, en un contexto de humor disparatado”.
El guion de De perdidos al río está firmado por tres personas: Daniel Corpas, Juana Macías y el legendario Antonio Mercero, fallecido en mayo de 2018 y creador, entre otras, de Verano Azul, la multipremiada La cabina, Turno de Oficio o Farmacia de Guardia. Sin duda, el de Mercero es un valor seguro para arrancar la carcajada.
El reparto de De perdidos a Río lo completan, entre otros, Esther Acebo, Kira Miró, María Botto, el siempre divertido Carlos Areces y Paulo Pires.
En una entrevista para el diario Las Américas, el director de la película, Joaquín Mazón, declaró que la película muestra la crisis de la mediana edad, esa parte de nuestra vida en la que tenemos que tomar las riendas. Además, la define como “una película muy fresca y veraniega, vas, la ves, te ríes, te lo pasas bien hora y media y te vas a casa comentándola, no voy a engañar al público. Es una película para ver con amigos y amigas y pasártelo bien."
Ya sabéis: si queréis toneladas de humor gamberro y escatológico y sois amantes de la comedia española, el 4 de agosto tenéis una cita De perdidos a Río.