Pocos directores pueden permitirse una situación de control tan ajustado de sus proyectos que pueden estar detenidos hasta que el cineasta considera que está todo listo. Quentin Tarantino es uno de esos pocos privilegiados, escogiendo en todo momento qué tipo de película puede hacer y, en su mayor parte, contando con los actores que considere necesarios.
Llegados a Malditos bastardos, incluso con la decepción comercial de su experimento con Grindhouse, Tarantino podía permitirse no avanzar un paso en falso, pudiendo cancelarlo todo si no consideraba que todo estaba listo. Y en el caso de su monumental película bélica, uno de sus últimos hilos pendientes fue el personaje de Aldo Raine, el líder del escuadrón de los bastardos, que estaba todavía sin actor a un mes de empezar los ensayos para el rodaje, tal y como se relata en el libro Quentin Tarantino: The Iconic Filmmaker and his Work.
Tarantino tenía sólo un mes para encontrar a su estrella, de lo contrario todo tendría que retrasarse. Y su elección estaba meridianamente clara: Brad Pitt, el actor que finalmente dio vida al personaje en pantalla. Sin embargo, el director pensaba que sería complicado hacerse con la gran estrella de cine. Cuando fue a reunirse con él, asumió que tendría ya tres películas agenciadas en su calendario, así que entró esperando una negativa.
“No tuve las pelotas de hacer una película de 4 horas”: Tarantino solo tiene una secuela en su filmografía y hay una razón detrásSin embargo, el método de trabajo de Pitt es distinto al de muchas estrellas. Aunque se involucra en bastantes proyectos, siempre intenta espaciarlos para poder hacer un cambio repentino si sale una oportunidad única. Y trabajar con Tarantino lo era. "Al fin y al cabo, este es el medio de directores" comentó el actor en una entrevista, y Quentin era "un bien escaso".
A pesar de que el tiempo apremiaba para el ensayo, actor y director pudieron comentar la posibilidad de colaborar con bastante calma, reuniéndose en la villa francesa de Pitt. Ambos pasaron la noche intercambiando historias, acabando botellas de vino, y antes de darse cuenta el actor terminó aceptando el papel de Aldo Raine. De hecho, Brad no pudo ubicar en qué momento de la noche dijo que sí, pero despertó al día siguiente como la estrella de la nueva de Tarantino.
Una estrella perfecta
Y el director no podía contar con una estrella mejor. Pitt llegó a los ensayos y al rodaje con los deberes hechos, tanto repasando películas como estudiando hechos de la Segunda Guerra Mundial, de la que conoce hasta detalles minuciosos. Con alguien tan preparado al frente, Tarantino tenía un reto menos para abordar la película, pudiendo centrarse en cómo resolver la historia de la misma.
Hoy en TV: la salvaje película bélica en la que Quentin Tarantino se inspiró para hacer 'Malditos bastardos'Todo esto fue posible con un redescubrimiento que hizo el director de su propio poder, acercándose a la independencia de sus inicios incluso aunque se tratase de una ambiciosa producción bélica. El apoyo de la productora de Harvey Weinstein le permitía esperar a que todo estuviera perfectamente a su gusto antes de comenzar a rodar. "Me podía permitir vivir la vida de un artista" afirmó el director.
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