Efectivamente, las noticias de cuánto cobró aquel o este actor están a la orden del día en un panorama en el que la huelga de los actores es protagonista. Y hoy le toca el turno a Tony Todd, un actor que, quizás por su nombre, no lo conozcáis, pero que si digo Candyman… aquí ya empiezan a aclararse las ideas.
Por si no sabéis de qué va Candyman, digamos que tiene mucho que ver con estas típicas leyendas en las que si invocas a un espíritu repitiendo su nombre varias veces, se te aparece y, bueno, puede darte el susto de tu vida. Basada en una novela del maestro del terror Clive Barker y dirigida por Bernard Rose, Tony Todd daba vida a Candyman, un fantasma con un garfio que se aparece cuando alguien dice su nombre cinco veces delante del espejo. Y no viene solo: le acompaña un enjambre de abejas.
Barker creó a Candyman a partir de la figura de un pobre hombre que es cubierto de miel y abejas como castigo por estar enamorado de una mujer blanca, de ahí a que regrese de ultratumba para cobrar venganza a todo aquel que le nombre. En una secuencia muy recordada de la película, Candyman ‘vomita’ un grupo bastante numeroso de abejas. Hoy día esta escena se habría resuelto fácilmente con el uso del CGI, pero en 1992 pensaron que no, que mejor usarían abejas reales.
Propaganda Films, Candyman Films, Polygram Filmed Entertainment. Distribuidora: Polygram Filmed Entertainment
Las abejas que se utilizaron eran insectos especialmente adiestrados para su empleo en películas. Efectivamente, no solo hay perros actores. Las que aparecen en la escena son pequeñas y fáciles de manejar: además se aplicó feromonas para mantenerlas tranquilas. ¿Cómo lograron convencer a Tony Todd de que era una buena idea llevar en su boca un buen puñado de abejas? Efectivamente, con dinero.
Todd negoció un plus en su sueldo de 1000 dólares por cada picadura producida por las abejas. Al final acabaron siendo 23, por lo que echen cálculos. Para mantener a las abejas lejos de su garganta, se fabricó un tope dental especial. Todd acabó introduciéndose 500 abejas. Curiosamente, Virginia Madsen, protagonista de la cinta, era alérgica a las abejas. También a las avispas, pero menos. Y, en efecto, Madsen también tenía una cita con los insectos en la película, una en la que le pasean por toda la cara. Le prometieron que un grupo de médicos estaría atento durante lo que se tardara en rodar la escena. Al parecer, para ella no hubo plus.
