Más que el momento de los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki, lo que realmente construye la tensión en Oppenheimer es el guion. La nueva película de Christopher Nolan es un torrente de información que no da respiro al espectador y lo lleva a algunos de los momentos de mayor angustia de su cine. En este sentido, hay una línea de diálogo que nos deja con la boca abierta y, sorprendentemente, no estaba en el guion.
Ocurre en la reunión entre oficiales del gobierno donde están decidiendo qué ciudades de Japón van a bombardear. El Secretario de la Guerra, Henry L. Stimson, dice al grupo que no quiere bombardear Kioto porque tiene mucho valor cultural para los japoneses... y porque pasó su luna de miel allí. Es un momento de frivolidad absoluta que impacta en la audiencia.
Según ha desvelado Nolan en una entrevista con The New York Times, ese momento vino de la mente de James Remar, el actor que interpreta a Stimson. El cineasta dio libertad absoluta a sus intérpretes para investigar a sus personajes y Remar descubrió que el secretario había elegido esa ciudad para viajar con su mujer tras su boda.
"Hubo un momento en el que James Remar… No dejaba de hablarme sobre cómo se enteró de que Stimson y su esposa se habían ido de luna de miel a Kioto", cuenta el director.
Esa fue una de las razones por las que Stimson eliminó Kioto de la lista para ser bombardeada. Le pedí que tachara la ciudad de la lista debido a su importancia cultural, pero yo dije: 'Solo añade eso'. Es un momento fantásticamente emocionante en el que nadie en la habitación sabe cómo reaccionar
"Cada actor venía a la mesa con una investigación sobre cómo había sido su contraparte en la vida real", ha desvelado Nolan en la entrevista, "Tenían muchos deberes por hacer. Tenían una gran fuente de información con Prometeo Americano [el libro sobre Oppenheimer en el que se basa el filme]". Que los actores investigasen profundamente acerca de sus personajes permitió a Nolan trabajar de un modo como no había podido hacer hasta el momento. Con toda esa información en sus cabezas, se pudieron permitir el lujo de dejar que la interpretación fluyera.
Por ejemplo, en la escena de la clase con todos los científicos pudimos ser capaces de improvisar la discusión. El guion está ahí, pero ellos pudieron llegar a ello con pasión y conocimiento basándose en su propio aprendizaje
Nolan, experto en películas de ciencia ficción con tramas enrevesadas, no había tenido muchas oportunidades de trabajar así en el pasado. Oppenheimer es uno de sus pocos trabajos basados en hechos reales, además de Dunkerque. Estrenada el pasado 20 de julio, la cinta ya ha superado los 420 millones de dólares en todo el mundo. Además de los buenos resultados en taquilla, es una de las claras candidatas a la próxima edición de los Oscar.