Cuando Frodo, Gandalf y los tres hobbits deciden embarcarse en una increíble aventura durante el Concilio de Elrond en La Comunidad del Anillo, se les unen guerreros de toda raza y estirpe, como si fuera el inicio de una partida de rol: Aragorn, el heredero de Isildur; Gimli, hijo del valeroso enano Glóin; Boromir, descendiente del senescal de Gondor; y Légolas, elfo heredero del reinado de los elfos silvanos del Bosque Negro... del que Frodo no sabe el nombre en absoluto.
Cuenta con mi arco, supongo
Durante las nueve horas de El señor de los anillos (más aún si contamos las ediciones extendidas), no se puede decir que Légolas y Frodo tengan una relación estrecha. De hecho, solo se dirigen la mirada una vez y es durante el propio Concilio, cuando todos juntan sus armas y rinden juramento de destruir el Anillo Único: "Y con mi arco" son las únicas cuatro palabras que el elfo le dice al hobbit. Así no hay manera de establecer una amistad.
Y se nota, claro: al final, cuando Frodo está en la cama y todos sus amigos van pasando a cámara lenta, reconoce a todos y les llama por su nombre hasta que lo hace Légolas y solo le sale balbucear. La teoría fan más extendida es que, después de tanto, no sabe ni cómo se llama el elfo. Nadie podría culparle, ¿quién se acuerda de una persona con la que ha cruzado cuatro palabras un día?
Si eres fan de El Señor de los Anillos, por cierto (y quién no), estás de suerte. Después de Los Anillos de Poder y de la nueva película animada (La Guerra de los Rohirrim, en 2024 y ambientada 183 años antes de la saga de Peter Jackson), en Warner ya están preparando un buen montón de secuelas y spin-offs. A ver si creías que en el Hollywood actual iban a dejar pasar la oportunidad de sacar dinero fácil.