Crear una obra maestra es un proceso complicado. Tienes que idearla, darle forma durante años, y luego convencer a muchísima gente de que no te has vuelto majara y que realmente hay algo que vale la pena hacer en aquello que propones. Pocas personas vivieron una odisea mayor para llevar a cabo una visión extraordinaria que los responsables de Mad Max: Furia en la carretera.
El director George Miller empezó a madurar la idea para una cuarta película a finales de la década de los noventa, empezando el proceso para convertirla en realidad ya entrado en el siglo XXI. Pero, a pesar de sus deseos de contar esta historia, el proceso no paraba de truncarse con muchos contratiempos. El director insistía, pero muchos de sus colaboradores tenían la intuición de que la película nunca llegaría a hacerse.
En el libro Blood, Sweat & Chrome: The Wild and True Story of Mad Max: Fury Road se relata el largo proceso de más de una década para convertir lo que Miller tenía en mente en una sucesión de imágenes y sonido que la gente fuese a ver. El director fue hasta a tres estudios de cine diferentes, pero nunca conseguía arrancar del todo. Para el cineasta "tenía que esperar el momento en que todos los planetas se alinearan" para poder llevarla a cabo.
Tiempo para mejorar
Su poder de convicción sin duda era envidiable. Su editora y esposa Margaret Sixel comentó que "nadie más pensaba que necesitaba hacerse". Otros miembros del equipo se empezaban a hacer a la idea de que el proyecto nunca se realizaría: "La gente me preguntaba 'De qué va' y yo les respondía 'no te lo puedo decir, pero básicamente es la mejor película que nunca se va a hacer porque es demasiado demencial, es demasiado guay".
El largo proceso de desarrollo, causado por los múltiples retrasos, fue motivo de inquietud, pero también beneficioso para refinar lo que podía ser Mad Max: Furia en la carretera. El jefe de diseño de producción Colin Gibson no paraba de pensar que en cualquier momento le iban a llamar para volar a Australia y empezar a trabajar, así que no paraba de pulir detalles cómo los vehículos, que pasaban de ser "coches a ser personajes" o cómo crear carreteras en medio de las dunas de arena, mientras que el resto podía pulir la historia.
28 años de preparación y una pesadilla de rodaje para hacer una de las mejores películas de acción de la historiaAl final, todos estos años de preparación ayudaron a que el complejo rodaje de Mad Max: Furia en la carretera no fuese una tarea suicida. Aunque Miller afirme no estar seguro de si era mejor sacar esta película en el año 2000 o en el 2015, muchos de sus colaboradores lo tienen claro: "Es una película mucho mejor de lo que habría sido si se hubiera estrenado antes". Y en efecto, porque hablamos de una de las mejores películas de acción de este siglo.
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