Lleva décadas compartiendo con los españoles sus recetas y amor por la cocina tradicional desde un plató de televisión, pero el cocinero vasco Karlos Arguiñano no solo es uno de los chefs más mediáticos, sino un empresario con bastante ojo para los negocios: produce su programa desde su propia productora, edita sus libros (y los de otros cocineros) desde su editorial y también se ha dedicado a explorar otros campos.
Su famoso “Rico, rico” sigue siendo inconfundible y su carisma, por años que pasen, se mantiene intacto desde que en los 90 comenzó su meteórica carrera. También en los 90 se produjeron sus primeros pinitos como actor, una faceta que nunca ha llegado a explorar demasiado, pero que nos dejó algunos personajes para el recuerdo.
El más famoso de ellos sin duda el que supuso su debut en la gran pantalla, cuando el director Juanma Bajo Ulloa contó con el cocinero para su película Airbag en 1997.
Protagonizada por unos jovencísimos Karra Elejalde y Fernando Guillén Cuervo, que también firmaban el guion, Airbag abordaba la odisea de un grupo de amigos que no para de meterse en líos durante lo que habían planeado para una noche divertida. Uno de ellos, Juantxo (Elejalde), va a casarse y sus amigos le han organizado una despedida de soltero, pero pierde su anillo en un prostíbulo y su búsqueda se acaba complicando.
Por las filas de Airbag se pasearon otras caras inconfundibles, como la de Javier Bardem, Alaska, Santiago Segura o Albert Pla entre un largo etcétera. En el caso de Karlos Arguiñaño el cocinero protagonizó una de las escenas más populares del filme: la tortilla rusa.
En ella, el personaje de Arguiñano, Serafín Ortiz de Zárate, participa en una “timba” tan peligrosa como absurda: un cocinero hace tortillas individuales para cada uno de sus participantes, pero solo una de ellas no está cocinada con setas venenosas. Quien tenga la suerte de comerse la tortilla no envenenada, gana los 15 millones de pesetas que han apostado el resto. Puedes verla a continuación:
Airbag es una de esas películas que hoy probablemente no se hubiera hecho, pero marcó una época y un estilo de cine en España y, casi 30 años más tarde, para algunos es de culto. Lamentablemente, si la “tortilla rusa” te ha despertado nostalgia, tenemos que decirte que no está disponible en plataformas de streaming en el momento de escribir este artículo.