La historia del cine nos ha dejado una larga lista de ejemplos que demuestran que un mayor presupuesto no hace una mejor película y, por supuesto, eso también aplica a géneros como la fantasía o la ciencia ficción. A lo largo de distintas décadas filmes como Cube, Mad Max, Prospect o Seguridad no garantizada han logrado mejores resultados que grandes blockbusters con cifras muchísimo menores y, aunque en ocasiones hayan pasado desapercibidas, las buenas críticas les han brindado el reconocimiento que merecen. También el paso del tiempo.
Especialmente económica fue la producción de Primer, una película que, con su presupuesto de 7.000 dólares, es probablemente la película de ciencia ficción sobre viajes en el tiempo más barata pero también la más realista.
Dirigida por Shane Carruth en su debut como director, Primer se estrenó en 2004 en Estados Unidos y su recaudación fue bastante discreta, pero cautivó por completo y dio la sorpresa en el prestigioso Festival de Cine de Sundance aquel año, obteniendo el Gran Premio del Jurado y el galardón Alfred P. Sloan Award.
En Primer dos amigos ingenieros dedican cualquier hueco que encuentran libre entre sus jornadas habituales de trabajo para desarrollar sus propios proyectos tecnológicos desde el garaje de uno de ellos. Durante uno de sus experimentos relacionada con la reducción electromagnética del peso de los objetos, Aaron y Abe descubren por error y absoluta casualidad que están consiguiendo que dichos objetos viajen en el tiempo. En ese momento deciden adaptar su hallazgo al tamaño humano y comienzan a viajar en el tiempo con preocupantes resultados sobre ellos mismos.
Carruth, quien además de dirigir fue guionista, productor e interpretó uno de los personajes principales de su primera película, había completado estudios universitarios de matemáticas antes de dedicarse al cine y también había trabajado en desarrollo de 'software', así que puso todos sus conocimientos a su servicio. Un hecho que fue clave en el resultado realista y creíble que los expertos atribuyeron a la película. Según explicó Carruth, los diagramas de Feynman en física, fueron de gran inspiración: "Richard Feynman tiene algunas ideas interesantes sobre el tiempo. Cuando miras los diagramas de Feynman realmente no hay diferencia entre ver una interacción ocurrir hacia adelante y hacia atrás en el tiempo".
Cinco semanas de rodaje, un equipo técnico reducido al mínimo y mucha austeridad en cada detalle de la producción fue todo lo que necesitó Carruth para sacar Primer adelante con tan solo 7.000 dólares, aunque también requirió de un enorme trabajo de postproducción durante dos años en los que incluso estuvo a punto de tirar la toalla. Pero el resultado mereció la pena: una película de viajes en el tiempo que se diferencia de grandes producciones poniendo el foco sobre la parte más científica, permitiendo al espectador "comprender" cómo ha sido posible el proceso.