Cuando Scream se estrenó, las películas de psychokillers no pasaban por su mejor momento. Es más, eran consideradas como estrafalarias, segundonas, puro saja-raja sin intención ni sentido y destinadas a poblar las estanterías de los videoclubs. Sin embargo, Wes Craven y Kevin Williamson consiguieron darle el giro meta necesario y transformar la diversión de la hemoglobina en un whodunit. El éxito fue tal que estaba claro el siguiente paso a dar: era el momento de analizar las secuelas.
Las reglas de las secuelas
Obviamente a partir de aquí hay spoilers, tened cuidado si no habéis visto Scream 2. Hay que tener en cuenta que Williamson, el guionista, ya creía en la franquicia antes de empezar: junto con el guion de la primera parte entregó un tratamiento de guion de la segunda con la idea de poder continuar el juego del cine dentro del cine. En aquel momento, estaba bastante seguro de que el gran giro sería que en vez de dos asesinos, habría cuatro. Por suerte, volvió en sus cabales.
De hecho, Randy revela quién es el asesino principal de esta secuela antes de que ninguno de los personajes tenga la más mínima idea. Hablando sobre los posibles asesinos junto a Dewey, Randy hace referencia a la señora Voorhees, la madre de Jason, refiriéndose a ella como "un asesino en serie estupendo". En Viernes 13, la asesina quiere vengar a su hijo muerto años atrás... y en Scream 2 tenemos un paralelismo: Nancy Loomis, la madre de Billy, vuelve para acabar con Sidney y su grupo por haber asesinado a su vástago. Así pues, Scream 2 te cuenta quién será el asesino, tal cual, antes de que tengas toda la información al respecto. Una maravilla.
Como curiosidad, Matthew Lillard, que en Scream interpretaba a Stu, uno de los dos asesinos, aparece como cameo dentro de esta secuela porque se suponía que en la tercera parte volvería a ser uno de los asesinos tras haber sobrevivido de forma sorpresiva. Pero al final Williamson se fue de la producción, el guion se fue por otros cerros y a día de hoy es casi imposible que vivamos esa sorpresa. ¿O quizá es una pista sobre quién se esconderá tras la máscara en Scream 7?