Steven Spielberg ha hablado del divorcio de sus padres de dos maneras en su cine. La primera, de forma obvia (en Los Fabelman). La segunda, de manera más fantástica, en E.T. El extraterrestre. Y es que cuando la pareja se rompió en 1960, el director se inventó un amigo imaginario que era un alien, una especie de hermano que nunca tuvo, un padre que no se fuera de casa. Y así es como, poco a poco, su película de terror alien, Night Skies, acabó convirtiéndose en el relato lacrimógeno de un niño y su extraterrestre.
Indy, ¿dónde está mi caaasaaaa?
Cuesta imaginar el éxito de Harrison Ford en 1982, con Indiana Jones en busca del arca perdida recién estrenada y El retorno del jedi anunciada para el año siguiente. Lo era todo en Hollywood y los proyectos se le amontaban, pero prefirió hacer un pequeño cameo en la película de su amigo, sobre todo porque se trataba del mayor aliciente del protagonista, Henry Thomas, para hacer la película. "Quería conocer a Steven con la esperanza de conocer a Harrison", dijo años después.
Ya sabréis a estas alturas que Harrison Ford no sale en E.T., pero sí le podéis ver en los momentos eliminados del DVD o Blu-Ray, donde hace de director del colegio de Elliot y solo se le ve de espaldas. En la escena, Ford está hablando con el protagonista cuando E.T hace que su silla empiece a levitar. Cuando entra la madre de Elliot todo vuelve a la normalidad y nadie se da cuenta de lo que ha pasado.
La película no necesitó a Ford para recuperar el dinero gastado con creces: costó 10 millones de dólares y recaudó 793, a lo que hay que sumar el éxito en vídeo y reposiciones televisivas desde entonces. Por cierto, Henry Thomas, tras unos años desaparecido, ha vuelto a primera plana gracias a las series y películas de Mike Flanagan, con el que suele colaborar. Un scream king con todas las de la ley,