Steven Spielberg tenía una idea concreta de cómo quería ver la adaptación del libro infantil Shrek: una película de animación tradicional con Steve Martin como Asno y Bill Murray como el ogro protagonista. Finalmente, le convencieron de que confiara en la recién fundada (por él mismo) Dreamworks... y ahí empezó el caos. La película fue un exitazo monumental que incluso se llevó el primer Óscar de la historia a mejor película animada, pero al precio de casi destruir un estudio recién formado.
Some... body just told me...
Según se sabe, Andrew Adamson, el co-director de la película, estaba empeñado en que Shrek tenía que ser una película adulta que rompiera con todo. Con chistes guarros, con Guns'n'roses, que fuera calificada R si podía ser. Al final la cordura imperó y se llegó al punto medio que ahora todos conocemos y que recaudó la friolera de 491 millones de dólares, a los que hay que sumar las ventas meteóricas del DVD.
Pero pese al mimo que le pusieron, hay escenas que se quedaron gafadas. Por ejemplo, en el minuto 53:18 hay un momento que no todos consiguieron ver. En él, la reina Fiona le saca una flecha del trasero al ogro. Hasta ahí ningún problema: lo que pasa es que en el plano anterior se le había visto perfectamente y estaba completamente diáfano. Para el timing cómico funciona mejor, pero un cambio de ángulo de vez en cuando evita gazapos.
No importan los gazapos de Shrek: la película ha pasado a la historia como un meme andante que incluso tiene su propio festival anual donde los más fans acuden disfrazados, ven la película en bucle, concursan y se conocen entre sí. Y es que a veces todo lo que queremos es, por qué no, volver al reino Muy Muy Lejano y volver a sonreir durante un rato.