Incluso las películas que menos esperas pueden estar basadas en libros. Por ejemplo, La jungla de cristal es una adaptación de Nothing lasts forever, una historia protagonizada por un tal Joe Leland, Chicas Malas nace de Queen Bees & Wannabes de Rosalind Wiseman (que es, curiosamente, un libro de autoayuda) y hasta Una rubia muy legal nació en las páginas de la novela de Amanda Brown sobre su propia experiencia en la universidad. Y luego, aún más sorprendente que todas estas, está Bullet Train.
Eres un Diesel, no un Thomas
Así es: la loca película de acción protagonizada por Brad Pitt tiene su base en un libro japonés titulado Maria Beetle escrito por Kotaro Isaka que, para redoblar la extrañeza, es realmente la segunda parte de una novela que ya fue adaptado en la película Grasshopper. El universo se expande a lo largo de distintos mangas y en las páginas que cierran la trilogía Hitman, AX, aún por salir a la venta.
No es de extrañar, pues, que David Leitch, el director de la cinta, pusiera cariño de más para no molestar al autor. Valga como ejemplo un detalle para el que, por cierto, tenemos que poner el cartelito y aviso de que son SPOILERS gravísimos. A lo largo de la película, Mandarina se protege con un chaleco antibalas por si acaso, y su compañero Limón simplemente confía en la suerte. Pero después de encontrársele inconsciente, vemos a Mandarina con la camisa desabotonada. Al final, Limón se salva… precisamente porque su amigo le dio el chaleco antibalas. Un detallito de fondo que no es vital pero explica toda su subtrama.
Poco antes en la película, Limón le dice que el chaleco “da una falsa sensación de seguridad, puede que te disparen en el cuello”. Minutos después es como su hermano muere. No se le puede pedir mucho más a una película de tiros locos en un tren.