Stanley Kubrick, tras el fracaso absoluto de Barry Lyndon, necesitaba un éxito a la desesperada para poder seguir teniendo su ansiada carta blanca. Y nada funcionaba mejor en taquilla que el terror, así que se metió en su oficina con cientos de libros del género solo para tirarlos a la pared tras leer las primeras páginas. Nada era lo suficientemente bueno, nada era emocionante, nada conseguía engancharle. Al menos, hasta que llegó a las pruebas de lo que después sería una novela de un tal Stephen King: El Resplandor.
Redrum
Cuando supo que el gran Kubrick estaba planteándose la adaptación de uno de sus libros, entonces aún sin salir a la venta, King escribió un bosquejo de guion para que nadie hiciera daño a su manuscrito. Stanley Kubrick lo leyó por encima y lo desechó, escribiendo un nuevo guion junto a Diane Johnson, una novelista experta en literatura gótica a la que ni siquiera le gustaba la novela original, a la que calificó como "un mal libro muy efectivo". Era el inicio de una enemistad mítica en Hollywood.
Para tanto llegó la cosa, que Kubrick quiso dejar un detallito para el autor desde el primer minuto de la película. En la novela, Jack y su familia llegan al Overlook en un Volkswagen rojo, y en la película es amarillo. Ese no es el problema, pero sí que al acercarse al hotel encuentren un Volswagen rojo estampado, la manera del director de decirle a King que ahora la obra era suya y había decidido conscientemente romper la versión original en mil pedazos.
También hay quien cree que el cambio de color entiende a otro propósito oculto: el de narrar el exterminio nazi. Al fin y al cabo, el amarillo era el color que le ponían a los judíos en los campos de concentración, y no podemos olvidar que Danny lleva una camiseta en la que pone claramente "Summer of 42", en pleno epicentro de la II Guerra Mundial. Cada cual con sus propias interpretaciones de la obra.