Clint Eastwood es, sin lugar a dudas, uno de los grandes cineastas de las últimas décadas. Antes de eso fue actor -un ídolo de la gran pantalla- y su salto a la silla de director fue visto por algunos como un pasatiempo de estrella de Hollywood. Tarde o temprano, quien quiera que pensara eso se dio cuenta de que se equivocó.
Eastwood luchó, película a película, para que le tomaran en serio y en el camino tuvo que soportar humillaciones como la que vivió en el Festival de Cannes de 1985 cuando fue a presentar El jinete pálido.
Como se puede ver en un vídeo compartido en redes, un periodista de Radio Francia no tiene ningún reparo en decirle que la cinta no le ha gustado: "Entiéndase la ironía, creo que se puede ver esta película como un entretenimiento, pero al mismo tiempo, no puedo evitar preguntarle si nos está tomando el pelo, por un lado, y por otro si escribió usted mismo el guion o si la falta de guionistas en Hollywood es lo que ha dado este resultado". Ante esta pregunta, el director no pudo hacer nada más que sonreír y decir: "Si no le ha gustado, lo siento".
Como recogen medios de la época, el principal problema de algunos directores es que Eastwood había estrenado una película demasiado comercial para el certamen. La respuesta del director fue que si los productores y directores solo hicieran películas para ellos mismos, nadie iría al cine.
Eastwood se estaba enfrentando a una enorme subestimación por parte de la prensa especializada. Por suerte para él, cineastas de la talla de Orson Welles, director de Ciudadano Kane (1941) entre otras joyas, salió en su defensa.
Clint Eastwood es el director más infravalorado del mundo ahora mismo. No hablo como estrella. No lo toman en serio, igual que no toman en serio a las chicas guapas.
"No pueden creer que sean inteligentes si son guapas. Deben ser un poco feas para que los hombres las perdonen. Y un actor como Eastwood es una versión tan pura del mítico héroe estrella, al estilo de John Wayne, que nadie lo toma en serio como director, pero alguien tiene que decirlo", aseguró el director Orson Welles, "Y cuando vi su película por cuarta vez me di cuenta de que pertenece a los grandes westerns, los de John Ford, Howard Hawks y toda esa gente. Y me quito el sombrero ante él".
El jinete pálido terminó metiéndose a la prensa en el bolsillo. Para la mayoría de la prensa -estadounidense- se trata de la película que reinventó el 'western', ya que casi una década después de El fuera de la ley (1976) volvía a este género. "Este veterano icono del cine maneja ambos trabajos [actor principal y director] con tal inteligencia y facilidad que ahora empiezo a darme cuenta de que a la mayoría de nosotros también nos ha llevado todos estos años reconocer su constante gracia e ingenio como cineasta", escribió The New York Times.