Hace cinco años una comedia de esas que, aunque te saca carcajadas de vez en cuando, te deja todo su poso dramático cuando te levantas de la butaca ganó la Concha de Oro. Fue The Disaster Artist, el filme de James Franco sobre cómo se hizo la mejor peor película de la historia: The Room. Si echamos la vista atrás, más allá de 2017, la comedia no ha sido muy amiga del gran premio del Festival de Cine de San Sebastián. Aun así, siempre cae alguna en la Sección Oficial del certamen y este año le ha tocado a Ex-Husbands.
Dirigida por Noah Pritzker y protagonizada por Griffin Dunne, James Norton, Miles Heizer y Rosanna Arquette; Ex-Husbands es la historia de la crisis de tres neoyorquinos de la misma familia en diferentes momentos de la vida. El padre, Peter, está en trámites de separación tras un matrimonio que ha durado 35 años. Nick, que tiene la misma edad que lo que han durado casados sus padres, siente que su vida está echada a perder. Mickey, el hijo pequeño, acaba de salir del armario y está empezando en el mundo laboral.
Los tres hombres se encuentran en Tulum casi sin quererlo. Nick va a casarse y su hermano ha organizado una despedida de soltero en México a la que están invitados todos sus amigos. Por casualidad y porque necesita tiempo fuera de Nueva York por su situación sentimental, Peter también se ha organizado él mismo una escapada a la misma ciudad.
Ex-Husbands es un disfrute. Una película muy agradable, ligera y divertida. A través de una comedia y diálogos finísimos, el filme de Pritzker es un producto entrañable que pasa de puntillas sobre temas como la salud mental para profundizar en lo importante que son los lazos familiares y los amigos para superar que la vida, a veces, es una mierda.
Lo que se agradece que existan películas como esta solo lo saben los que cubrimos festivales de cine. Puro goce.
'MMXX': Muestrario de la locura de pandemia
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Se nos ha olvidado ya, pero hubo un tiempo en el que no sabíamos si ponernos o no una mascarilla y cómo debíamos actuar cuando un amigo o familiar era hospitalizado. Hace solo tres años, una sinusitis, un catarro o una gripe podía ser coronavirus y había que meterse un bastoncillo hasta bien al fondo de la nariz para salir de dudas. MMXX, la nueva película del director Cristi Puiu, uno de los exponentes de la nueva ola rumana, también compite en la Sección Oficial y es una serie de fragmentos de la locura, la incertidumbre y la ignorancia que vivimos en la pandemia.
MMXX -2020 en número romanos- consta de cuatro historias. En la primera, Oana es una terapeuta que recibe a una paciente que le da demasiadas vueltas a las preguntas del cuestionario de la primera sesión. En el segundo, Oana intenta ayudar a un amigo cuya mujer ha sido hospitalizada en plena pandemia y ha dado a luz siendo positiva en COVID. Después, el marido de Oana espera los resultados de unos test mientras escucha una historia de su compañero de trabajo en el hospital. Por último, un inspector graba un terrorífico testimonio durante un funeral.
Cada uno de los episodios está rodado en plano secuencia. Dos de ellos con cámara fija y los otros dos con cámara en mano. El primero es una comedia y el segundo un 'thriller'. Pero después de un momento de tensión, el cineasta baja demasiado las revoluciones con el tercer episodio de este muestrario de realidades y nada interesa la anécdota que están contando. La anestesia que provoca es tan grande que, llegados al final, ya no puedes más y todo, hasta el crimen más violento, da igual.
'La memoria infinita': Recuerdos de un amor
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"Tengo Alzheimer. Hay cosas que no puedo hacer. Ellos me quieren todos los días". Augusto Góngora se repite estas frases una y otra vez como si, a modo de mantra, pudiese evitar lo imposible. El periodista chileno es uno de los protagonistas de La memoria infinita, un documental de Maite Alberdi sobre la demencia que es también una preciosa historia de amor.
La memoria infinita, que ganó el Premio del Jurado en Sundance y aquí forma parte de la Sección Perlak, sigue al periodista chileno y a su mujer, la actriz y política Paulina Urrutia, que llevan juntos 25 años. A él le diagnosticaron Alzheimer hace 8 y su deterioro cognitivo está empeorando. Lo inevitable llegará en algún momento: Augusto no sabrá quién es Paulina.
El documental de Alberdi también se rodó en plena pandemia, lo que hizo que el equipo de grabación no pudiese continuar con su trabajo y fuese la propia Paulina la encargada de capturar su vida junto a Augusto. Es entonces cuando llegan los planos desenfocados y mal encuadrados que en lugar de afearlo, hacen que La memoria infinita sea todavía más bello, íntimo, personal y auténtico.
El largo comienza con momentos cómicos. "¿Hay algo que te gustaría recordar?", le pregunta Paulina a Augusto en una cita en un restaurante. En la primera parte del documental, su protagonista descubre de nuevo su vida. Pero esta etapa no dura mucho y, aunque siempre hay mucha ternura, la historia de la pareja va oscureciéndose con sus episodios graves de demencia.
"Ya no soy yo", dice Augusto en la recta final de La memoria infinita. Una frase que, además de doler como un puñetazo, ya escribió el periodista hace años en su libro Chile. La memoria prohibida sobre la dictadura de Pinochet: "sin memoria no hay identidad". "Yo creo que sí", le responde Paulina. Qué historia de amor más bella.
'A Silence': Un oscuro secreto familiar
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La jornada termina con otro título de la Sección Oficial. A Silence es un drama francés dirigido por Joachim Lafosse que empieza con buen pie, pero que se pasa de rosca.
Astrid está casada con un reconocido abogado. El mediático caso de la muerte de dos niñas ha hecho que los periodistas estén en la puerta de su casa las 24 horas, 7 días a la semana. El problema es que, hace 25 años, Astrid descubrió que su marido es un pedófilo y abusó de su hermano, quien ha reaparecido en sus vidas con la intención de denunciarle.
A Silence comienza como un buen 'thriller': hay interés por saber qué es lo que ha ocurrido y quiénes son los personajes implicados. Pero todo se va al traste cuando no hay nada más que ocultar y toca que los personajes reaccionen. A Lafosse se le va de las manos y la historia no cumple con lo que prometía. Una decepción.
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