"Como una loncha de queso en un sándwich preso". En 2014, a siete chicas les bastó esta frase para llamar la atención de buena parte de YouTube. Bajo el nombre Flos Mariae, siete de las hermanas Bellido Durán cantaban una canción pop titulada 'Amén' de temática católica que se hizo viral. El vídeo, publicado hace 8 años, fue el primero de muchos. Luego vinieron temas como '¡Viva el Papa!', todos ellos acompañados de videoclips de los que era imposible apartar los ojos.
Las integrantes de Flos Mariae, con sus peinados, sus vestidos y sus movimientos casi inhuamnos son hipnóticas. Parecían de otra época y de otro mundo. ¿Qué podía haber detrás de todo esto? Esa parece ser la pregunta que han querido responder Javier Ambrossi y Javier Calvo para su nueva serie. La Mesías es su proyecto más ambicioso, oscuro y extraño.
Presentada en el Festival de Cine de San Sebastián dentro de su Sección Oficial pero fuera de concurso, La Mesías llega a Movistar+ el 11 de octubre. La ficción consta de siete episodios y los protagonistas son dos hermanos interpretados, en su versión adulta, por Macarena García y Roger Casamajor. Su infancia, pues la serie va saltando entre pasado y futuro, quedó marcada por su madre, que consumía drogas, se prostituía y ni siquiera los escolarizó. Casi imposible pensar que la vida de estos dos hermanos vaya a peor. Pues lo hace cuando su madre, interpretada por Ana Rujas, Lola Dueñas y Carmen Machi, conoce a un hombre mayor que le presenta a Dios.
Los hermanos viven separados desde hace años y han conseguido rehacer sus vidas, aunque es imposible escapar de los demonios de una infancia sectaria, aislada del mundo -un poco a lo Canino de Yorgos Lanthimos-, con una madre inestable y con la religión católica como única enseñanza: todo es pecado, todo es sacrificio y el demonio está en todas partes. Los protagonistas se reencuentran cuando un grupo de pop católico -del que forma parte el personaje que interpreta la cantante Amaia- se viraliza. La banda se llama Stella Maris.
Las comparaciones con Flos Mariae son inmediatas. Incluso algunas de ellas dieron un aviso a Los Javis sobre la ficción que estaban preparando. En 2021, el grupo se dividió en otros dos: Maria's Pop y 4HBD. Fueron las primeras las que arremetieron contra los creadores. "Estamos en contra de que se use el nombre de Flos Mariae para dar a conocer la serie titulada La Mesías", dijeron en un vídeo de YouTube. También adelantaron que llevarían cabo medidas legales en caso de cometerse delito de injurias.
Volvamos a La Mesías. Los Javis han construido una ficción que habla de tantas cosas que enumerarlas todas parece una tarea inabarcable: la religión y el aislamiento que provoca cuando se vuelve fanatismo, las relaciones maternofiliales y entre hermanos, las batallas de clanes y cómo la familia influye, construye y transforma. La serie también incluye extraterrestres, el cine y la música como paliativo de la vida.
La Mesías es lo más grande que han hecho Los Javis hasta la fecha. Con ella no solo demuestran que son unos de los mejores creadores españoles de los últimos años, también lo bien que se les da la dirección de actores. No hay ni un solo intérprete fuera de sitio ni de gesto. La Mesías es, sin duda, una de las series del año.
'Golpe a Wall Street': Cuando casi somos ricos
En el año 2020, cuando el mundo estaba enfrentándose a una pandemia, también comenzó otra batalla: la de la gente corriente contra Wall Street. Keith Gill, un streamer y padre de familia, decidió invertir todos los ahorros de su vida en acciones de GameStop, una empresa en horas bajas. Sus seguidores continuaron con su ejemplo y la tienda de videojuegos pasó de no tener casi ningún valor en bolsa a ser una de las más revalorizadas del mundo. La gente corriente, de repente, tenía millones en acciones y los magnates perdían cantidades impensables de dinero.
Golpe a Wall Street, dirigida por Craig Gillespie, forma parte de la Sección Perlak y cuenta este suceso que tuvo a todo el mundo en vilo. No solo porque parecía que hacerse rico estaba al alcance de todo el mundo, también por los problemas legales que provocó. Gillespie sabe mantener el equilibrio entre drama y comedia, y también el ritmo gracias a la introducción de las historias de varios inversores, que dan más humanidad al relato. Esto es importante en una película en la que los términos económicos y la información se vuelve complicada y ocurre muy deprisa.
El cineasta detrás de Cruella y Yo, Tonya se apoya en Paul Dano para dar vida al protagonista de esta historia, un hombre que se vestía con camisetas de gatitos y se ponía una cinta roja a lo ninja en la cabeza. Keith es un personaje en el que era muy fácil caer en la caricatura, pero Dano es capaz de darle realismo y que empatices con él.
Más allá del desfile de estrellas de Golpe a Wall Street y de lo curioso y reciente de su historia, la película no termina de ser un proyecto que no destaca demasiado y que, en ocasiones, se acerca a un filme de sobremesa.
'El cielo rojo': Nuevos y viejos amigos
También en Perlak vemos El cielo rojo, la historia de un joven escritor a quien se le está complicando su segunda novela. Para intentar mejorarla se marcha junto a un amigo a una casa cerca de la playa. Cuando llegan descubren, por un error, que ya hay alguien viviendo en ella y deciden compartir el espacio con una desconocida y otro hombre. Entre ellos se crean conexiones que sacan a relucir los miedos e inseguridades del protagonista.
El cielo rojo, del cineasta Christian Petzold, no seduce ni por su historia ni por sus personajes. Aunque la idea de aislar a un grupo de desconocidos en una casa tiene potencia, Petzold no sabe aprovecharla. Ni siquiera la introducción del peligro con unos incendios forestales por la zona la hacen más atractiva.
Otro de los problemas de la película están en su protagonista, un hombre insufrible que solo provoca rechazo. Y ya ni menciones al único personaje femenino del filme: una 'manic pixie dream girl' de manual puesta solo para que el protagonista tenga algo que hacer más allá de enfadarse.
'Great Absence': Sin tensión ni emoción
Takashi lleva mucho tiempo sin ver a su padre, pero una llamada de la policía le lleva a reencontrarse con él. El protagonista de Great Absence, que compite por la Concha de Oro, descubre que su progenitor tiene demencia y que el paradero de su segunda mujer es un misterio.
Kei Chikaura escribe y dirige un 'thriller' en el que todo falla. Great Absence comienza con un tono que promete un tipo de película que nunca es. Lo que parecía un filme con momentos cargados de tensión es, en realidad, una plomiza historia sobre la relación de un hombre con su mujer y su hijo.
La parte emotiva de la película no funciona y no hay conexión con los personajes. Tampoco interesa la parte de misterio sobre el paradero del personaje desaparecido. Great Absence dura dos horas y media, así que enfrentarse a ella es de todos menos placentero.
Si quieres estar al día y recibir los estrenos en tu email, apúntate a la Newsletter de SensaCine