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    'El señor de los anillos': Pausa la escena a los 47 minutos y mira el bastón de Gandalf en 'La Comunidad del Anillo'
    Randy Meeks
    Randy Meeks
    -Redactor de cine y series
    Juntaletras acomodado, redactor con gato eterno en las piernas, tuitero irredento, millennial orgulloso a su pesar. Respira cine, cree que no hay película mejor que 'El crepúsculo de los dioses' pero en su colección de Blu-Ray no falta 'Super Mario Bros'. La de los 90.

    Pura magia

    En la primera escena en la que vemos a Gandalf en El señor de los anillos: La comunidad del anillo está fumando en pipa. Y no es algo que se le ocurriera a Peter Jackson por el camino: JRR Tolkien lo describía constantemente en sus novelas. De hecho, en Cuentos Inconclusos de Númenor y la Tierra Media, Christopher, el hijo del escritor, incluso explicaba los efectos de fumar las hierbas que el mago consumía. Y seguro que se os parece a algo.

    Hace mucho tiempo los magos la fumaban…

    Aparentemente, la hierba en cuestión produce efectos que pueden alterar la mente y euforia. El propio mago afirma a Saruman, "Si tomaras esta hierba tú mismo, encontrarías que el humo limpiaría tu mente de sombras. De todas maneras, hay que tener paciencia, escuchar los errores sin rabia. Pero este no es uno de mis juguetes. Es arte de la Gente Pequeña lejos en el Oeste". No hay más preguntas, su señoría.

    Creamos lo que creamos que fumaba Gandalf, lo cierto es que siempre tenía su pipa cerca por si le apetecía… Incluso cuando ni siquiera podíamos verla. Y la prueba está en El señor de los anillos: la comunidad del anillo, en el minuto 47:34, cuando podemos ver claramente el bastón de Gandalf con un hueco, entre las grietas, en el que cabe perfectamente su pipa mientras habla con Saruman del destino de la Tierra Media entre los callejones de Isengard.

    Warner Bros.

    Lo cierto es que a Ian McKellen no le venía de nuevas lo de fumar donde no debía. De hecho, en su día llegaron a llamarle la atención por encender un cigarrillo en un balcón… ¡del mismísimo Palacio de Buckingham! Fue un policía el que le apuntó con la linterna y le dijo “¡Sir Ian, no se olvide dónde está!”. Seis meses después fue a recibir una medalla y, caminando por la puerta con un amigo, el mismo policía les vio y gritó abiertamente “¡Vosotros dos otra vez no!”. Pura magia.

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