Nicolas Cage lo tiene claro cuando se le pregunta si se arrepiente por algunas de las decisiones que, en el pasado, le llevaron a decir que no a una película que acabaría siendo un éxito: "Arrepentirse es una pérdida de tiempo". Como la mayoría de las estrellas de Hollywood, el carismático actor, ganador del Oscar por su excelente interpretación en Leaving Las Vegas, no siempre tiene disponibilidad o interés en los trabajos que le proponen y, como todo hijo de vecino, con el paso del tiempo y viéndolo con cierta perspectiva ha podido constatar que rechazar determinado papel no fue precisamente la mejor decisión de su carrera.
"Realmente no me arrepiento de nada", aseguró en una entrevista con Newsweek en 2015. "Intento siempre avanzar en lugar de insistir en el pasado o en las películas que podrían haber sucedido. Ciertamente hubo películas de las que probablemente me habría beneficiado si las circunstancias de mi vida me hubieran permitido hacerlas". En aquella entrevista, concedida con motivo del estreno del 'thriller' de terror Pay The Ghost (La noche de los desaparecidos), Cage reveló que pudo haber interpretado uno de los personajes más queridos e importantes de la trilogía de El Señor de los Anillos dirigida por Peter Jackson: Aragorn.
"El Señor de los Anillos. Esa trilogía. Aragorn. O Matrix", respondía cuando se le preguntaba por ejemplos concretos de trabajos rechazados que luego resultaron ser un éxito.
Puedo disfrutarlos como miembro de la audiencia. Realmente no veo mis propias películas. Y por eso realmente tengo el placer de verlos, especialmente con 'El Señor de los Anillos'
"Pero la cuestión con esas películas es que puedo verlas", añadía Cage sacando el lado bueno de las cosas. "Puedo disfrutarlos como miembro de la audiencia. Realmente no veo mis propias películas. Y por eso tengo el placer de verlas, especialmente El Señor de los Anillos".
Asimismo, el actor reveló la razón por la que dijo que no a ser Aragorn: "Había diferentes cosas sucediendo en mi vida en ese momento que me impidieron poder viajar y estar fuera de casa durante tres años". Como recordarás, las tres películas, estrenadas en 2001, 2002 y 2003 respectivamente, se rodaron de forma consecutiva en Nueva Zelanda.
Al final, el elegido para ser Aragorn fue Viggo Mortensen y, aunque no podemos imaginar a otro metiéndose en la piel del querido personaje, lo cierto es que el papel le llegó casi de milagro. Tras la negativa de Cage, el papel terminó en manos de Stuart Townsend, pero Jackson le despidió el día antes de iniciar el rodaje: "Estuve ahí, ensayando y entrenando durante dos meses y luego me despidieron el día antes de comenzar el rodaje", contó en EW el propio actor. "El director me quería y, después, aparentemente, lo pensó mejor porque quería a alguien 20 años mayor que yo y completamente diferente". Y así llegaría Mortensen, que recibió una llamada con la propuesta de estar en Nueva Zelanda al día siguiente para comenzar el trabajo.
